El Papa Francisco pidió en el Congreso de Estados Unidos no dar nunca la espalda a los vecinos, en alusión a los millones de inmigrantes cuyos derechos -dijo- no siempre fueron respetados.
“Les hablo como hijo de inmigrantes”, recordó el Pontífice, quien aludió a los extranjeros que en tiempos pasados llegaron a lo que hoy es Estados Unidos.
“Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros”, expuso.
“Pero es difícil enjuiciar el pasado con los criterios del presente”.
Francisco argumentó que cuanto un extranjero pide ayuda, no se deben cometer los pecados y los errores del pasado.
“Debemos formar a las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar nunca la espalda a los vecinos, a todo lo que nos rodea”, subrayó el Papa.
“Construir una nación nos lleva a pensarnos siempre en relación con otros (...) dando lo mejor de nosotros. Confío que lo haremos”.
En este mismo sentido, el Pontífice enfatizó la importancia de acoger a los refugiados.
“Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar”, alertó.
“A lo que se suma, en este continente -dijo Bergoglio- las miles de personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades”, añadió.
“No debemos sentirnos intimidados por su número, sino en su lugar verlos como las personas que son, observar sus caras y escuchar sus historias, y así tratar de responder lo mejor que podamos a su situación”. (WASHINGTON, EU)