Bruselas, Bélgica
Los hermanos Tsarnaev causaron en 2013 una masacre en Boston. Los hermanos Kouachi atacaron el semanario Charlie Hebdó en París el año pasado. El 11 de septiembre de 2001, los hermanos Al-Hazmi, los Al-Shehri y los Bin Attash estaban todos a bordo de alguno de los aviones. Ahora, en Bruselas, las autoridades creen que los hermanos El Bakraoui causaron la muerte de más de 30 personas.
Varios ataques terroristas recientes han sido inspirados, y posiblemente dirigidos, por el autodenominado Estado Islámico (EI), pero ejecutados por grupos de amigos cercanos, y a menudo, de la misma sangre.
Según expertos, los hermanos son reclutas idóneos para los grupos terroristas pues se radicalizan entre sí, refuerzan la idea de que su propósito es llevar a cabo un acto de terror y se monitorean para asegurar que éste se lleve a cabo.
“Una célula terrorista compuesta por dos hermanos no puede tener infiltrados. Es la red más segura que existe”, afirmó Claude Moniquet, un analista de seguridad francés que trabaja en Bruselas.
“Es una solución creativa: cuentas con más manos que si actuaras como un lobo solitario, pero con el mismo tipo de seguridad”, apuntó por su parte Clark McCauley, profesor investigador en el Bryn Mawr College especializado en grupos radicales.