Un hombre de 67 años acusado de violación, de acuerdo con su defensor, decidió irse al juicio abreviado y de esa manera conseguir la reducción de la pena.

Convencido de que las pruebas que existen en su contra, dentro de la carpeta procesal, no le dejan ninguna alternativa para defenderse, decidió aceptar la culpa y recurrir a los beneficios que le concede el sistema de justicia acusatorio-oral.

En el caso, el imputado consideró que ya no cuenta con pruebas que ofrecer y en un juicio normal la condena podría irse hasta los 25 años como máxima, de tal suerte que decidió negociar, por una pena mucho menor, aceptando su culpa y abreviando el juicio.

Ayer se celebró una audiencia a puerta cerrada, por la naturaleza del delito.

En ella compareció un testigo y los datos con la propuesta del imputado.

Dentro de 10 días y tras de que el juez analice los datos y la propuesta, se decidirá la sentencias que no podría mayor de lo que marca las negociaciones entre fiscal, defensa e imputado.