Extraña forma de iniciar un escrito, pero, lo escuchado, visto o leído me orilló a ser pesimista y voy a tratar de aminorar la tristeza que me embargó valiéndome de un guiso de carácter prehispánico, que además es casi vegetariano, pues solamente lleva camarones, que a final de cuentas, son carne.
Este platillo por siempre es preparado por mi familia para adornar nuestra mesa en la Navidad, aprovechando que mi esposa Delfina cumple años ese día, con más razón… ¡pues adelante!
Se trata de los romeritos, y para quienes los quieran preparar, les pasamos la receta para complacer a unas 6 u 8 personas, y cuyos ingredientes son 5 ó 6 kilos de romeritos, un kilo de papitas cambray, (de las chiquitas), un kilo de nopalitos, medio kilo de habas verdes, 350 gramos de camarón seco, una cebolla grande, 3 ó 4 dientes de ajo, 4 chiles pasilla, 10 chiles anchos, 500 gramos de chile guajillo, si quieren que salgan picositos, agregar 2 ó 3 chiles morita, 6 granos de pimiento, 6 granos de clavos de olor, 2 rajitas de canela, y con una cucharada de sal gruesa que algunas personas le llaman de mar, ¿qué no todas (las sales) vienen de ese lugar, o no?
Las papitas se cuecen en agua con una pizca de sal; ya cosidas “se sellan” en un poco de aceite, esto para evitar que se desbaraten al mover el guiso, y para que no se quemen.
A los romeritos, los limpiamos para quitarles la basura y algunas larvas extrañas, como las que están tratando de poner de moda, y los tallos duros y raíces.
Para la salsa o mole, abrimos los chiles, sin quitarles semillas ni venas, y así abiertos los ponemos al sartén a tostar (sin quemar), los tomates y los ajos con todo y cáscara para que suelten el sabor, las especies también se soasan; ya listas las las sacamos y con el fuego apagado, usamos el comal para tostar los camarones, ya que podamos tomarlos con la mano, los pelamos y quitamos cabezas y colas, que moleremos para utilizarlas en el mole; los chiles y tomates junto con las especies, se ponen a hervir para que se suavicen y queden bien molidas.
Ahora, tomamos todo nuestro “recaudo” como decía mi abuelita María, y lo licuamos o molemos en el metate, si lo hay.
Para las tortitas de haba necesitamos medio kilo de camarón en polvo, un kilo de haba molida, y la mezclamos con 5 ó 6 huevos. Ya lista la masa, se forman las tortitas que se fríen en un poco de aceite.
Cuando ya esté lista la salsa, se agregan los ingredientes, los romeritos, las papitas cambray, las habas verdes ya peladas, los nopalitos previamente cocidos y colados para quitarles la baba, y se ponen a cocinar a fuego lento durante una hora y media más o menos, y no olviden ponerle un poco de “sal de mar”.
Para mejorar la “enchilada” tomaremos un rico ponche que lleva un kilo de guayabas, dos kilos de tejocotes, cuatro o cinco cañas cortadas en francés “en rajas”, 200 gramos de ciruela pasa, cien gramos de pasitas, dos rajas de canela, 5 ó 6 piezas de piloncillo, y que el agua sobrepase el nivel de las frutas, y como bálsamo reconstituyente, desde tequila, mezcal, sin olvidar las sidras y los vinos de su agrado, y para los amigos de un amigo que no vino a la fiesta, les acercaremos las bebidas que son populares y que tanto gustan.
Tocante a otros alimentos, hay quienes son adictos al pavo, del que hay bastantes formas de preparación; el lomo mechado, la pierna también mechada y al horno, la corona de costillitas de cerdo con relleno de arroz con camarones, sin olvidar el bacalao, que tiene varias formas de preparar, los macarrones, espagetti, tallarines, sin faltar el arroz en la forma que les guste. En otros lugares acostumbran hacer tamales, menudo o pozole, pescado relleno de mariscos, etc.
Pero, no debemos olvidar las colaciones, ni la gran variedad de dulces con que contamos los mexicanos y que tenemos a nuestro alcance, como frutas secas, las frutas de temporada como jícaras, mandarinas, cacahuates, naranjas, limas y demás con las que vamos a rellenar las piñatas y aguinaldos; y con las que prepararemos la ensalada de Noche Buena.
Pero no crean ustedes que me olvidé del arbolito ni del nacimiento, pues debemos cuidar nuestras costubres que a pesar de todo, seguimos siendo fieles.
Antes de despedirnos, deseo que la suerte y el destino permitan que pasemos todos una feliz Navidad, próspero Año Nuevo, y Día de Reyes y todas las festividades que se avecinan.
Por la atención a este escrito no me alcanzan los números para agradecer.