Londres, Inglaterra
Inundaciones sin precedentes provocadas por dos grandes tormentas provocaron el caos en el norte británico.
Las ciudades de York, Leeds y Todmorten, de las que cientos de personas tuvieron que ser evacuadas, fueron las más afectadas y el agua anegó completamente varias de sus calles.
Un total de 500 militares fueron destinados a las labores de rescate, y mil más están preparados para actuar si la situación lo exige.
En algunos casos, las autoridades tuvieron que utilizar balsas para socorrer a los vecinos.
“Lo que ha ocurrido, el nivel de los ríos más el nivel de lluvia caída, creó un efecto sin precedentes”, afirmó el Primer Ministro británico, David Cameron.
“Haremos todo lo posible para ayudar a la gente en este, su tiempo de necesidad”, añadió.
La situación, además, está por empeorar por el crecimiento de los ríos Ouse y Aire, los cuales cruzan York y Leeds respectivamente y que se prevé hoy alcancen un nivel récord.
Cientos de alertas se mantienen vigentes entre Inglaterra, Gales y Escocia, entre las que figuran 24 graves, al entrañar riesgos mortales.
Como resultado de la incesante lluvia, más de 7 mil 500 propiedades de los condados de Greater Manchester y Lancashire continuaban ayer sin electricidad.
Aunque los expertos consideran que es muy pronto para hablar de los costos materiales, la empresa de contabilidad PricewaterhouseCoopers reveló que su análisis inicial preveía unas pérdidas equivalentes a mil 300 millones de libras (mil 945 millones de dólares)
La Secretaria de Estado para el Medioambiente, Liz Truss, admitió que los mecanismos de prevención empleados contra casos de inundación se vieron desbordados.