A día de hoy, la infraestructura del llamado Puente Negro que se ubica sobre el libramiento de tránsito pesado, cerca del entronque con calle Matamoros, el cual permite cruzar a ambos extremos del canal Anzaldúas, ya es francamente insostenible, por lo que urge rehabilitarlo o como proponen algunos ciudadanos, utilizar el puente del exparque industrial.
Dicha estructura está compuesta de troncos de madera tratados llamados “durmientes”, tornillos, tuercas, barrotes y que sobre su superficie subsiste vías férreas que décadas atrás permitían el paso del ferrocarril.
Cualquier persona puede comprobar el estado en que se encuentra, además del peligro que implica para quienes aún se atreven a cruzar por ahí, ya sea a pie o en bicicleta.
Los puntos más peligrosos se encuentran en el extremo sur, en donde simples troncos improvisados, sostienen la rampa que permite el acceso al puente, mientras que a mediación, se aprecia como algunos de los durmientes que la daban soporte, se han desprendido, constituyendo una amenaza de muerte para quienes se atrevan a pasar por ahí, sobre todo niños, mujeres, personas de la tercera edad o con discapacidad.
El puente se ubica sobre zona federal a cargo de la Jefatura de Distrito 025, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Ante esta situación, existe la propuesta de que se habilite el puente que conectaría al fallido parque industrial que se ubicaría al sur del canal en prolongación Rayón, como una alternativa que evitaría una desgracia que se dará tarde o temprano.
YA NO SIRVE
Dicha estructura está compuesta de troncos de madera tratados llamados “durmientes”, tornillos, tuercas, barrotes y que sobre su superficie subsiste vías férreas que décadas atrás permitían el paso del ferrocarril.