A partir de ayer empezaron a aplicarse pruebas antidoping a choferes de microbuses, taxis, transporte de personal y escolares como forma de garantizarle a los pasajeros un buen servicio y aquellos que den resultado positivo serán bajados inmediatamente de la unidad que estén conduciendo.
“Los resultados se obtienen de manera rápida y se basan en una prueba de orina de los conductores que ya empiezan a acudir para cumplir con esta obligación. Serán alrededor de 4,000 las personas que tendrán que ser examinados pues de lo contrario quienes pasen por alto la disposición, no podrán seguir manejando un transporte público”, advirtió Eduardo Luján Bustos, delegado regional de Transporte Público.
El castigo a que se harán acreedores será por tiempo indeterminado y podrán reanudar el servicio una vez que comprueben con documentación expedida por algún médico, que ya no están consumiendo alcohol o algún inhalan.
“Las acciones forman parte del programa de modernización ordenado por el gobernador del estado, Francisco Javier García Cabeza de Vaca con lo que se pretende mejorar el servicio que se brinda a la ciudadanía”, abundó Luján Bustos.
El plan comprende también la impartición de cursos de educación vial, relaciones humanas, primeros auxilios, entre otros más.