Colombia bailó al anfitrión en el arranque de la Copa América Centenario 2016.
El equipo de Néstor Pekerman no necesitó de mucho para agenciarse su primera victoria del torneo. Con salir despierto y aprovechar la inocencia del rival bastó para derrotar 2-0 a Estados Unidos.
De entrada, el Levi’s Stadium lucía como cualquier otra fortaleza colombiana pintada de amarillo, un tanto por el ambiente que generó y otro poco por el pánico escénico que le hicieron sentir al equipo de las barras y las estrellas, que enseguida arrancó el partido y al minuto 7, Brad Guzan, su arquero, ya buscaba el balón en las redes tras una volea implacable de Cristian Zapata para el primero.
Sólo el gol en contra fue capaz de sacar a la escuadra de Jürgen Klinsmann de su propia área, como para intentar ofender a Colombia. Pero todo se quedaba en intentos, ya que cuando no aparece Michael Bradley, la estrella de Estados Unidos, la Selección sólo se puede atener a un milagro.
Por ello, Clint Dempsey, de los pocos veteranos que quedan en el batallón, resultó el más punzante de los anfitriones, pero el menos claro, con todo el talento para marcar, pero con la ansiedad jugándole en contra.
Esa sensación que tanto imperaba en el local no hacía acto de presencia en Colombia, que consiguió el 2-0 al 41’, cuando James Rodríguez hizo efectivo un penal, tras una mano de DeAndre Yedlin, en otra prueba clara del caos estadounidense.
Lo único que pudo despertar a Estados Unidos durante el duelo fue el: “Olé, olé, olé” que se escuchaba cada vez que los colombianos paseaban el balón de un lado a otro, y que en una oportunidad terminó en tiro libre para Dempsey, que a poco estuvo de descontar de no ser por una salvada milagrosa de David Ospina.
Todo resultaba una fiesta para los cafetaleros. Aunque el único momento amargo que vivieron fue al 68’, cuando James salió del partido tras lastimarse el hombro izquierdo en una caída. Pero ello no evitó que en la inauguración de la Copa América Centenario se bailara al ritmo de Colombia.