Choferes que operan en taxis en la central de autobuses le negaron el servicio a una usuaria de la tercera edad y la dejaron a merced de la delincuencia, pues no pudo llegar a salvo a su destino. Teresa Ruiz Estrada, de 69 años, residente en el Ejido El Guerreño, resultó víctima de los temores de los taxistas y de las acciones de la delincuencia común.
Acababa de llegar ayer de San Luis Potosí a Reynosa y buscó inútilmente a un taxista que la trasladara a su domicilio en el Ejido antes mencionado, pero todos le dijeron que para ese sector ninguno se atrevería a llevarla, porque correrían muy altos riesgos, que nadie estaba dispuesto a enfrentarlo.
La mujer de la tercera edad, no tuvo otra alternativa que abordar un autobús que cubriera la ruta hacia Río Bravo o Matamoros, pero estos la dejarían a orilla de la carretera, frente a la maquiladora LG.
De ahí tendría que buscar otro medio de transporte. Estuvo en espera en la parada de autobuses, tratando de llamar la atención de algún taxista que transitara sin pasaje por la carretera.
Pero mientras esto ocurría llegó hasta donde ella estaba un asaltante que la despojó de su bolso de mano que contenía 600 pesos, su visa láser, tarjetas bancarias de Banorte y otros documentos de importancia para ella.
Después de ésto, un taxista se compadeció de ella y finalmente la llevó, pero no hasta su domicilio, sino a la casa de un familiar y ahí la dejó para que la auxiliaran y la hicieran llegar hasta su destino final.
Este hecho refleja los temores con los que laboran los taxistas al grado de negarse a transitar por muchos de los sectores citadinos que consideran de alto riesgo por el clima de inseguridad que existe.