Nueva York, E.U.
Julia Suárez llegó hace ocho años a Nueva York con la misión de asistir a quienes lo necesitaran y ahora, tras haber ayudado a miles, la mayoría inmigrantes mexicanos sin documentos, la labor de la religiosa jerónima ha transcendido fronteras.
En una ceremonia a finales de octubre, la canciller mexicana Claudia Ruiz Massieu le entregó a Suárez el premio Ohtli, el máximo galardón para personas de origen mexicano en Estados Unidos, por su labor en el Centro Comunitario Saint Jerome Hands, al sur del condado del Bronx.
Nacida en la ciudad de Puebla en 1978 en una familia de 10 hermanos, para Suárez el reconocimiento fue sólo una manera más en que Dios le comunicó: “vas bien, estás haciendo lo correcto. Síguele echando ganas”. La satisfacción de la gente a la que ayuda, sin embargo, es su principal recompensa.
Establecida en una de las zonas menos favorecidas de Nueva York, Saint Jerome Hands ofrece cursos de inglés y computación, certificados de primaria y secundaria, y talleres y servicios elementales que van desde proveer alimentos y ropa hasta el uso de computadoras o llamadas de larga distancia.
Ubicado en el sótano de la iglesia de Saint Jerome, el centro Hands (manos) representa un respiro para un vecindario en constante transformación, que de familias afroamericanas pasa a ser poblado cada vez más por musulmanes e hispanos, de los cuales la mayoría son mexicanos, de acuerdo con Suárez.
“No veo mi trabajo como algo extraordinario, sino que hago lo que tengo que hacer por vocación. Si debo atender lo hago lo mejor que puedo, si me hablan pongo atención lo mejor que puedo. El trabajo me ha dejado muchas satisfacciones cuando puedo ayudar a la gente”, aseveró.
De acuerdo con la base de datos de Hands, desde 2008 el centro ha recibido a más de mil alumnos a sus cursos y talleres, sin contar a las miles de personas que han necesitado hablar por teléfono, tomar talleres, ayuda para llenar solicitudes, comida o ropa.