Los esfuerzos diplomáticos internacionales para restaurar el alto el fuego en Siria se estrellaron este martes con el recrudecimiento de los combates en Alepo, donde los contendientes no respetan ya objetivos prohibidos como los centros sanitarios. Cohetes lanzados desde la zona rebelde de la ciudad impactaron contra el hospital Al Dabit, situado en la parte que se haya bajo control del régimen de Bachar el Asad, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Esta ONG elevó a 19 las víctimas mortales registradas en varios ataques de la oposición, pero no ofreció un balance de bajas en Al Dabit. La agencia estatal de noticias SANA aseguró que al menos tres mujeres habían muerto en el bombardeo sobre el hospital, que causó también 17 heridos. El Ejército gubernamental sirio respondió a la ofensiva rebelde con un ataque a gran escala.
Medio centenar de civiles, incluidos cinco miembros del personal sanitario, murieron el pasado jueves en una operación atribuida a la aviación del régimen contra el hospital Al Quds –sostenidos por Médicos sin Fronteras y situado en un barrio controlado la oposición– y sus alrededores. Esta grave violación de las leyes de guerra desencadenó una reacción internacional para intentar frenar la escalada de combates, que se ha cobrado más de 250 muertos en Alepo en apenas dos semanas. Mañana miércoles, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá de urgencia para tratar la situación.
Dos treguas parciales y temporales parecen haber fraguado desde entonces en los frentes de Guta Oriental, en la periferia de Damasco, y del norte de Latakia, en la costa mediterránea. Pero el cese de hostilidades general que entró en vigor a finales de febrero sigue siendo socavado por los enfrentamientos en Alepo, la principal ciudad del norte del país. El secretario de Estado de EU, John Kerry, viajó el lunes a Ginebra para intentar restaurar el alto el fuego. Tras reunirse con el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, Kerry reconoció que el conflicto se hallaba en gran medida “fuera de control”.
El secretario de Estado de EE UU advirtió este martes al presidente sirio, Bachar el Asad, de las “repercusiones” si su régimen incumple un nuevo alto el fuego. “Si El Asad no se adhiere, acarreará graves consecuencias y una de ellas puede ser la completa destrucción del alto el fuego y volverán a la guerra”, afirmó Kerry.