Aterriza de cara en el asfalto desde motoneta

Era primera vez que conducía una unidad de estas dándose valor con una cerveza

La dolorosa experiencia que vivió ayer un improvisado motociclista lo hizo prometer que por el resto de su vida volvería a conducir uno de esos vehículos.

Rubén Arenas Gómez, de 36 años, aprovechó que su padre se encontraba recién operado e imposibilitado para utilizar su motoneta, por lo que decidió llevarla a que le hicieran la afinación y empezar a utilizarla él.

Pensó que era fácil y pudo llegar sin contratiempos al taller de motos que se ubica por boulevard Hidalgo, debajo del puente Broncos.

Ahí le hicieron el servicio y cuando se la entregaron pidió algunos consejos al mecánico y pensó que con ello ya estaba capacitado para operar la motoneta.

Incluso para celebrar su primer paseo en moto, compró un bote grande de Tecate Light, el cual, según su dicho ingirió pronto para darse valor.

Cuando se sintió listo, abordo la moto y enfiló por el boulevard hasta la calle Río Mante, para posteriormente enfilar de oriente a poniente por la avenida Fundadores a gran velocidad.

Pero al llegar al puente que une las colonias Del Valle con la Ribereña, algo pasó que lo descontroló y pasó sobre unas boyas y ahí fue el acabose, pues perdió el equilibrio y giró fuertemente sobre el pavimento.