Margarito Salazar Cárdenas originario de Matamoros se convirtió en el primero de toda la zona norte de Tamaulipas en ser nombrado Obispo por el Papa Francisco, su trabajo es desempeñado desde hace dos meses en la diócesis de Matehuala en San Luis Potosí.
Recién había cumplido la mayoría de edad y ya estaba decidido a ingresar al Seminario Menor de su tierra natal junto con dos de sus once hermanos quienes decidieron no continuar.
La motivación de Salazar Cárdenas la encontró en las carencias de su alrededor “La preparación que recibí en el seminario me sirvió para comprender el llamado de Dios por eso mantuve 11 años en preparación, estudie Filosofía en Monterrey, Teología Fundamental en México y luego se me concede trabajar por 29 años como sacerdote en la diócesis de Matamoros“.
Durante ese lapso encontró su motivación en lo que él describe es el amor al prójimo, que le permitió ser docente, rector del Seminario Diocesano de Matamoros, coordinador de la Comisión Diocesana Pastoral Vocacional, párroco, vicario parroquial y sacerdote en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, este último cargo lo recuerda con nostalgia “Más que un logro para mi de manera personal yo lo considero una bendición para toda la diócesis a la que pertenecí, cuando me enteré del nombramiento sentí mucha alegría, entusiasmo pero a la vez algo de temor e incertidumbre a lo desconocido, estoy cumpliendo la misión que Dios me encomendó aquí en la tierra“.
LLAMADO
A sus 60 años fue notificado por el Vaticano, el Papa Francisco lo había elegido a él para llevar la palabra de Dios a la diócesis de Matehuala en San Luis Potos “Es una elección que realiza el Santo Padre, después de que el episcopado mexicano manda una terna a la ciudad de Roma para que ellos determinen quién esta apto para el trabajo, luego de un proceso de elección me designaron a mí“. Su nombramiento fue realizado el pasado 3 de marzo por Franco Capola Nuncio Apostólico de la Santa Sede en la Ciudad de México.
A dos meses de trabajo su principal encomienda es mantener a la familia como punto de soporte, espera que su experiencia en Tamaulipas sirva en otro estado con las mismas carencias. “Nuestras comunidades católicas de la diócesis de la ribereña tenemos que buscar los valores, aptitudes y crecimiento de la sociedad, tenemos que hacer una frontera humana, yo creo que es importante apoyar a quienes menos tienen, los tamaulipecos tienen que saber que nunca estamos solos que Dios siempre está con nosotros“.