No importa cuantos quarterbacks pierdan los Patriotas mientras tengan a Bill Belichick.
El entrenador en jefe de Nueva Inglaterra le quitó presión a su mariscal de campo novato Jacoby Brissett, quien tomó ayer los controles para comandar la victoria de Patriotas 27-0 sobre Houston.
Con Tom Brady suspendido y Jimmy Garoppolo lesionado, la responsabilidad caía, en el papel, en lo que pudiera hacer el ex pasador de la Universidad de Carolina del Norte, pero Belichick y su staff de coaches organizaron una ofensiva basada en la carrera y pases cortos con la que le quitaron el invicto a Texanos.
Además la férrea defensiva de Nueva Inglaterra forzó tres entregas de balón y cerró los caminos a Lamar Miller, quien sumó 84 yardas en 22 oportunidades y fue revisado por los doctores en el tercer cuarto después de tanto impacto.
Uno de los ovoides recuperados abrió el camino en el primer cuarto para que Brissett encontrara las diagonales para su primer touchdown en la NFL, aunque fue por tierra con un acarreo de 27 yardas producto de un engaño que lo dejó con la vía libre, para poner las cosas 10-0.
El novato se vio apoyado en el resultado rápidamente, pero también en la bolsa de protección, de la que se desprendía con facilidad, pese a que Houston llegaba como líder en capturas de QB, con nueve.
Belichick no arriesgó y su quarterback no sufrió pérdidas de balón gracias a los pocos intentos de pase que realizó, apenas 19, de los que completó 11, que le ayudaron a sumar 103 yardas en el encuentro.
El corredor de casa LeGarrette Blount brilló con 105 yardas en 24 acarreos y un par de anotaciones, la última en una escapada de 41 yardas en el último periodo, que le puso el último clavo en el ataúd a los Texanos y selló la primer victoria como titular de Jacoby Brissett.