Tras una racha de robos a casa-habitación, asaltos a tiendas de conveniencia y agresiones de pandilleros en diversos puntos de la ciudad como las colonias Cuauhtémoc, Morelos y La Paz, ciudadanos se atrincheran, sobre todo comercios, aún los que venden productos muy básicos como alimentos.
“Cristalazos”, agresiones y algunos navajeados, han sido la constante en lo que va del año, por lo que algunos giros comerciales y de prestación de servicios, ya despachan con rejas de por medio.
Esta práctica, relativamente nueva en Río Bravo, inició a finales de los 70 en la ciudad de México y municipios conurbados del Estado de México y viene ganando terreno en esta ciudad, sobre todo en giros de venta de alcohol que funcionan hasta altas horas de la noche.
Ahora, ni los expendios de tortillas de harina y frijoles por litro, se pueden resistir a enrejarse, para no ser objeto de robos, asaltos, estos últimos en las horas de servicio.
A plena luz del día, se puede apreciar como en algunos establecimientos, su personal despacha protegido por barras de hierro, para evitar incursiones de vándalos o ladrones, situación que se ha incrementado, ante la dilación para atender los reportes de hechos delictivos en el número de emergencias 911.