‘Botonómetro’ a raya

Las dietas restrictivas no garantizan el éxito a largo plazo

Iniciar un régimen alimenticio y una rutina de ejercicio para no “dar el botonazo” o entrar en el vestido de noche es válido, sin embargo, tener un peso saludable va mucho más allá del corto plazo y soluciones exprés. Lo ideal, advierten especialistas, es que sea una meta de vida.

Las personas con obesidad y sobrepeso deben tener muy claro que el objetivo principal del tratamiento es la salud y el sentirse mejor, indica Victoria Ramos, presidenta del Colegio Mexicano de Nutriólogos.

“Recurrentemente sucede que el objetivo se vuelve perder ‘x’ número de kilogramos de peso, o el objetivo se vuelve poder ponerse un vestido o pantalón para tal fecha. Son metas muy a corto plazo y limitadas en sí mismas, lo que origina que en el momento que se logran la persona vuelve a los hábitos anteriores”, agrega.

De acuerdo con expertas, quienes desean perder peso deben tener claro que el proceso debe ser gradual y a largo plazo, pues de lo contrario puede ser peligroso.

“Hay que desconfiar de los tratamientos que prometen resultados inmediatos y pérdida acelerada de peso, pues con ello se afecta la salud hepática y se pueden favorecer incluso deficiencias de ciertos nutrimentos en el afán de perder peso demasiado rápido.

“Tampoco confíe en un programa que garantice, entre comillas, que no habrá reganancia de peso. No hay ningún tratamiento que pueda garantizar que la persona no va a volver a ganar el peso perdido. Tampoco se debe confiar en los que incluyan el uso de productos a los que se les atribuyen propiedades casi mágicas, aunque se mencione que son de origen natural. 

“Es de riego el que promuevan el abuso de ‘suplementos alimenticios’ porque en la mayoría de los casos no son necesarios y si pueden originar afección al hígado. Otro peligro es que fomenten los ayunos prolongados y procesos de  desintoxicación”, advirtió.

La experta aseguró que las dietas restrictivas no garantizan el éxito a largo plazo. 

“Generalmente se da una pérdida muy rápida y después se hace una meseta, la persona deja de perder ese peso y con mucha frecuencia gana el peso que había perdido y a veces todavía un poco más”.

María Elena Téllez, nutrióloga de la Escuela de Dietética del ISSSTE, señaló que las personas no deben desesperarse, y querer bajar en una semana 10 kilos con las dietas que obtienen de revistas, libros o internet, porque no es posible y se pondría en riesgo a la persona.

“Se recomienda una disminución de 450 a 500 gramos por semana, que serían 2 kilos al mes, así el organismo se puede adaptar al cambio de dieta y la inclusión de ejercicio”, puntualiza.

Las especialistas  indican que el éxito  depende de que el paciente acuda con un equipo multidisciplinario que establezca estrategias individualizadas.

“La obesidad es una enfermedad compleja y multifactorial; no hay un único tratamiento para todas las personas. Hay recomendaciones generales y éstas tienen que ver con modificaciones en el estilo de vida. Lo ideal sería que el entorno favoreciera a la persona para realizar esas modificaciones.

“No es lo mismo una persona que tiene obesidad y ya tiene indicios de que está iniciando con un problema de diabetes, a una persona que está empezando a tener un exceso de adiposidad, por ejemplo. “Son muchos escenarios que requieren particularizar el tratamiento”, precisa Ramos.

Téllez menciona que además de la alimentación adecuada, otro pilar importante es evitar el sedentarismo, por lo que es fundamental acudir con un experto que recete el ejercicio según las condiciones de cada persona.

De manera general, a las personas con obesidad que nunca han realizado ejercicio se les recomienda empezar a caminar 10 minutos al día, comenta.

QUÉ ES

La obesidad, es decir, tener un exceso de grasa en el cuerpo, es una enfermedad crónica originada por múltiples factores.

Ocurre cuando el peso de una persona es mayor de lo que se considera saludable según su estatura. 

Es causada porque el tejido adiposo se acumula de manera excesiva.  Esta acumulación sucede por la ingestión de energía en cantidades mayores a las que se requieren. 

Con el exceso de tejido adiposo se propicia un estado inflamatorio crónico de bajo grado que se asocia con el desarrollo de enfermedades como diabetes, hipertensión, males cardiacos y algunos tipos de cáncer.

PARA EMPEZAR...

1.- Recurre a profesionales de salud calificados, como nutriólogos. El tratamiento personalizado es más efectivo.

2.- Dieta variada.

l Empezar la comida con verduras y caldos, para propiciar saciedad.

l Preferir carnes blancas y magras, sobre las carnes rojas.

l Procurar el consumo de frutas y verduras de temporada crudas y con cáscara y con moderada cocción.

l Consumir alimentos con baja densidad energética.

l Masticar despacio.  ¿PARA QUÉ?

EVITAR:

l Consumir alimentos capeados, fritos, empanizados y aderezos ricos en sal y azúcar 

l Ingerir productos industrializados por su contenido elevado de sodio, azúcar y grasa (si la etiqueta dice que el contenido energético es mayor al gramaje del producto, entonces éste es de alta densidad energética).

l Tener un espacio de comida relajado, placentero y armónico.

l Hidratarse con agua

simple y evitar  bebidas azucaradas.

l Dormir bien, de siete a ocho horas diarias, para evitar problemas metabólicos. Estar cansado durante el día propicia el consumo de productos con alta densidad energética.

l Realizar 30 minutos diarios de ejercicio. Empezar con 10 minutos e ir aumentándolo.