De poco o nada sirve la Revista Mecánica que año con año se lleva a cabo en la ciudad y que es obligatoria para el transporte colectivo, porque de hecho sigue habiendo muchas viejas unidades que prestan el servicio.
“Además no pocas veces se ven con el cofre hacia arriba algunas de ellas que llegan a descomponerse en pleno trayecto, obligando a hombres, mujeres y niños a bajar para esperar que otra los lleve a su destino”, dijo Francisco Tenorio Rivera, síndico del contribuyente.
Otro de los factores que la ciudadanía no ve con agrado es que las tarifas son más caras que en la ciudad de México, pues mientras allá al pasajero común le cobran $7.00, aquí son $9.00 y todavía los de aquí están pidiendo un peso más, añadió.
“Creo que lo que debe hacer el gobierno es exigirles que se modernicen y sustituyan vetustos microbuses por otros sino último modelo, por lo menos que garanticen un buen servicio”, comentó.
Mientras toman una decisión al respecto, la gente tendrá obligadamente que continuar trasladándose en las que hay pese al peligro que algunas representen y a las que debieran obligarlas a comprar un seguro contra daños a terceros para brindar atención médica a los usuarios en caso de accidente, puntualizó Tenorio Rivera.