Phoenix, Arizona
Unos inofensivos Cardenales (1-6) fueron vapuleados anoche 45-10 por los Broncos de Denver (3-4) al abrir la Semana 7 de la NFL.
En partido jugado en el University of Phoenix Stadium de Glendale, Arizona, los Broncos rompieron una racha de cuatro descalabros consecutivos, mientras que el cuadro local sumó su sexta derrota por una victoria.
El que cumplió con su advertencia fue el apoyador Von Miller, quien previamente dijo que le patearía el trasero a los Cardenales. Estuvo muy activo presionando a los ofensivos, realizó capturas de mariscal y recuperó ovoides sueltos.
El mariscal de Denver, Case Keenum, no tuvo una gran noche, pero hizo lo suficiente para sacudirse un poco el lastre que ha venido cargando como uno de los peores de su posición en las primeras seis semanas de actividad en la liga.
El pasador llegó como refuerzo este año para los Broncos y tuvo 161 yardas con 14 de 21 pases completos. Además de un touchdown y una intercepción.
Los Cardenales afianzaron su puesto como la segunda peor ofensiva de la NFL con el peor promedio de yardas terrestres. Ayer sólo anotaron 10 puntos totales, y por tierra el mejor atacante fue David Johnson con 39 yardas en 14 acarreos.
Al joven pasador Josh Rosen le interceptaron en tres ocasiones y completó 21 de 39 lanzamientos para 194 yardas. Pero ni siquiera pudo terminar el partido al salir por lesión a minutos de concluir el cotejo.
La nota positiva para los emplumados fue que su receptor estrella Larry Fitzgerald consiguió su anotación 110 de por vida.
Ambos equipos lejos de un potencial pase a postemporada al estar rezagados en sus respectivas divisiones.