Texas, E.U.
Pendenciero desde el inicio, un fogoso Marco Rubio atacó a Donald Trump en el debate del jueves entre precandidatos presidenciales republicanos, lacerando la postura del líder de la contienda en materia de inmigración, su entorno privilegiado, su estilo para hablar y más.
Ted Cruz se sumó también al ataque, poniendo en duda las credenciales de conservador de Trump, en momentos en que los dos senadores federales formaron equipo contra el magnate inmobiliario en un debate que reflejó la creciente urgencia de sus esfuerzos para disminuir al empresario multimillonario antes de que sea imparable. Fue una noche inusual en la que el ampuloso Trump se encontró a la defensiva.
El debate continuó como una noche áspera de insultos recíprocos, con los precandidatos gritándose tanto que era difícil escuchar a alguno. La confrontación ocurrió a pocos días del Súper Martes, cuando se realizarán elecciones primarias en 11 estados que podrían decidir la nominación.
Cuando Trump echó en cara a Rubio una negociación para comprar una casa de 179 mil dólares, el senador de Florida respondió que si Trump "no hubiera heredado 200 millones de dólares, ¿saben dónde estaría Donald Trump en este momento? Vendiendo relojes en Manhattan".
Entre otro intercambio áspero, Rubio acusó a Trump de cambiar su postura sobre deportación, de contratar personas de otros países para arrebatar empleos a estadounidenses y de haber sido multado por violaciones laborales. Uniéndose, Cruz criticó a Trump por sugerir él solo había "descubierto el asunto de la inmigración ilegal".
Trump respondió a Rubio: "Yo contraté decenas de miles de personas; tú no has contratado a nadie".
En cuanto a Cruz, Trump tomó un sendero más personal, pregonando su propia capacidad para llevarse bien con otros y agregando: "Tú no te llevas bien con nadie. ... Deberías avergonzarte de ti mismo".
Tanto Rubio como Cruz dijeron que Trump había tenido que pagar una multa de un millón de dólares por contratar inmigrantes sin permiso de residencia.