Con el álbum Romaphonic Sessions, Andrés Calamaro emprende una nueva ruta sonora en su carrera musical, despojándose de un estilo que lo caracteriza en el rock en español.
Todo nació en julio del año pasado, con una suerte de show que diseñó para abrir un concierto de Bob Dylan en San Sebastián, España.
El músico argentino contó que buscaba algo con otro “feeling”, menos rockero; un material compuesto por temas cuya riqueza armónica le dieran una consistencia comprometida, emotiva y vital.