Centro Recreativo Boca del Payaso, lugar que fuera un centro de sano esparcimiento para las familias, pero sobre todo para el disfrute de los niños menores riobravenses, ahora en manos de Juan Diego Guajardo Anzaldúa, ha quedado en el completo olvido.

Su entrada parece una “Boca de lobo”, -lo bueno es que permanece cerrada, así no hace ningún daño a los niños-, las aguas de su alberca, en donde los menores practicaban la natación se observa totalmente puerca.

Por lo que se logra apreciar a través de una reja trasera de las instalaciones está todo en completo abandono y enyerbado, incluso hasta una palapa en el suelo se ve a los lejos de la cerca, los juegos oxidados y ni una persona que se haga cargo de cuidar el lugar.

En el frente, en su entrada, se observa una figura de un payaso, sin restaurar los estragos del clima y del tiempo, una barda con fracturas graves y ni siquiera una pintada le han dado.

Se lee a un lado de su entrada principal el reglamento del parque:

No tirar basura, No rayar ni dañar las instalaciones, No introducir bebidas alcohólicas, No mascotas, bicicletas o patines, No introducir envases de vidrio

Y por último la recomendación de cuidar las áreas verdes (cuales).

En una contradicción de las autoridades, reza al frente Centro Recreativo Boca del Payaso, abierto al público, pero permanece cerrado y para colmo las instalaciones del DIF ganan terreno día con día al lugar de esparcimiento.

Cuenta con un horario al público:

Sábados de 10:00 a 19:00 horas, Domingo de 10:00 a 19:00 horas, Cooperación por mantenimiento 25 pesos.

Las familias de Río Bravo se merecen algo mejor que los bailes y las carnes asadas populares que promueve el alcalde.

URGE MANITA