Sin desprenderse de su historia de conflictos, Chile y Perú dirimirán sólo el aspecto deportivo en pos de la Final de la Copa América.
La Roja parece cabalgar hacia el partido cumbre de su torneo, pero antes tendrá que superar a una de las escuadras que más ansiedad tiene de echar a perder la fiesta, la vecina inca, en la Semifinal que se jugará hoy en el Nacional de Santiago.
Por la calidad de sus futbolistas y su condición de anfitrión, a Chile se le exigía llegar a estas instancias para tener la posibilidad de obtener la primera Copa América de su historia.
Perú, en cambio, salió con vida de un Grupo C en el que convivió con Brasil y Colombia, y ahora pretende alargar la racha con la tranquilidad que confiere saber que la eliminación no será ningún fracaso.
La vida de los dos países se ligó desde finales del Siglo 19 a través de la Guerra del Pacífico, que enfrentó a Chile contra la alianza Perú-Bolivia y que derivó en la pérdida de territorio para las partes.
Desde entonces la relación social y política es con pinzas entre Perú y Chile, lo cual se traspasa al plano del futbol a través de miles de aficionados del equipo inca que viven en el lado chileno y que tratarán de hacer balanza a los seguidores locales.
“Nada de enfrentamientos que tengan que ver con disputas externas. No creo que haya otra cosa que no sea una fiesta relacionada a una Semifinal muy importante, contra un rival que nosotros lo tenemos en cuenta solamente desde lo deportivo”, aclaró el estratega de Chile, Jorge Sampaoli.
“Veo muy entusiasmada a la gente de Chile. Es una gran responsabilidad y presión que llevan los muchachos desde el primer momento porque parece que solo existe la posibilidad de ganar”, apuntó el técnico argentino de Perú, Ricardo Gareca.
Chile tiene la baraja en la mano para jugar su Final, Perú buscará el derrumbe de su “fraterno” anfitrión. (Santiago, Chile)