“Pásele Usted joven, si Usted que volteó…”
Una voz grabada que se repite a cada minuto entona la caminata de la muchedumbre que abarrota la calle Hidalgo.
Es domingo 19 de agosto un día antes de que decenas de miles de estudiantes regresen a clases aquí y en todas partes de este País.
Y padres, madres, matrimonios, jóvenes y niños entran y salen de papelerías, zapaterías, tiendas de uniformes y supermercados en las compras de último momento, pero que compran todo lo que les hace falta.
Cuadernos, zapatos, tenis, lápices, plumas, crayolas, mochilas, forros y calcetines.
Jair González joven padre de familia que tiene dos hijos: uno va al kinder y otro a la primaria dijo que fue su esposa la que hizo las compras, pero el lleva las bolsas.
“Mochilas de todos colores en oferta” grita otro dependiente de otro comercio.
El calor de canícula es intenso son las 14 horas y parece de fiesta una de las principales calles comerciales de esta ciudad.
Son alrededor de mil metros lineales llenos de establecimientos comerciales que lucen llenos: Igual los que venden aguas frescas, pollo frito, tamales, tortas, paletas, nieve y elotes asados.
Don Eduardo Campos Hernández que tiene una sola hija reconoció que el siempre hace sus compras escolares al último “ya es costumbre como todos”.
Igual el, es el que carga los útiles escolares que acababa de comprar.
Calles donde el comercio invade la banqueta y los vendedores ambulantes, también.
Así estuvieron los supermercados ubicados en las entradas y salidas de Reynosa.