Aunque es prácticamente poco el movimiento que están teniendo los comerciantes ambulantes de piñatas, varios de estos esperan que para antes de la noche del 31 de diciembre ya las hayan vendido todas.
Graciela Hernández Bernal, quien radica desde hace algunos años en Reynosa pero es originaria del estado de México informa que “para elaborar una de ellas que por cierto ya no tienen tanta demanda como antes, tardamos entre dos y dos horas y media pero con la ayuda de cuatro personas más y una servidora fácilmente alcanzamos a hacer casi 30 en un día”.
Desafortunadamente la gente cada vez las compra menos pero pese a ello hay la confianza de que el fenómeno que viene presentándose sea pasajero y que pronto sea rebasado por el sentimiento de alegría de los niños por romper una piñata, agregó.
Cada una de ellas dijo que se vende a razón de $200.00 las de siete picos y a $180.00 las de cinco y reiteró su confianza en que por lo menos lo que se tiene en existencia en estos momentos que son unas 40 en total, sí lograrán acomodarlas entre quienes aún gustan de mantener la tradición de romperlas el 24 por la noche o el 25 de diciembre.