¡Con Juanga en el alma!

‘El Potrillo’ le rinde tributo al ‘Divo de Juárez’ en el auditorio

Alejandro Fernández desnudó el corazón sin pena ni límites ante un público que se entregó a él.

En su concierto del jueves en el Auditorio Nacional hizo sudar de éxtasis a una audiencia que le reiteró su admiración al prácticamente llenar el recinto, cuyo aforo es de casi 10 mil butacas.

Nueve músicos prepararon la atmósfera para que, a las 21:03 horas, el cantante abriera el show con “Cóncavo y Convexo”. 

“¡Muchas gracias, México!”, fueron las primeras palabras que Fernández le dedicó a su audiencia, al término de la segunda melodía, vestido con traje negro y el cabello peinado hacia atrás.

Con baladas como “Estuve” y “Hoy Tengo Ganas de Ti”, comenzó a encender los ánimos, que se notaban más vivos entre las mujeres que intentaban acercarse al escenario para tomarle una foto o cantar con él a una distancia menor. 

“Ahora que ya entramos en calorcito vamos a desnudarnos, ¿qué les parece? Pero del alma, en el corazón”, dijo antes de iniciar un bloque musical que consiguió las primeras ovaciones de la noche: “Me Dediqué a Perderte”, “Si Tú Supieras” y “No Sé Olvidar” hicieron vibrar las paredes del recinto. 

Pero esta primera cúspide se vino abajo al término de “Sueño Contigo”, pues Fernández abandonó el escenario sin decir palabra, lo que causó confusión entre sus fans. Otras se dedicaron a mirar sus teléfonos celulares, sin prestarle demasiada atención a los músicos y coristas que intentaban amenizar el momento.

Sin embargo, ése fue sólo el tentempié antes del regreso del ídolo. Al ritmo del “Huapango”, de Moncayo, 11 mariachis aparecieron para respaldar al Potrillo en la segunda mitad del show.

“Guadalajara” fue la canción que eligió para volver triunfal y vestido de charro, presumiendo su capacidad vocal y provocando la emoción general. Con “México Lindo y Querido” el sentimiento patrio emergió y hermanó a todos los asistentes en una sola voz.

Piezas como “No”, “Mátalas” y “Abrázame” permitieron que la fiesta continuara subiendo de tono, hasta llegar a “Tantita Pena” y “Como Quien Pierde una Estrella”. Para ese punto, el sudor ya bañaba la frente del charro y los cabellos de su antes rígido peinado se rebelaban fuera de su sitio original. 

El entusiasmo de Fernández era el mismo que el del público, al cual agradeció con una reverencia para comenzar a despedirse.

Los fans exigían otra canción, y el Potrillo cumplió con una pieza muy especial. Para su cierre, eligió un set de canciones que Juan Gabriel interpretó con él en vida.

Casi a las 23:30 horas terminaba de sonar “La Diferencia” y el cantante se persignó mirando al techo, tras brindar 28 temas.