A lo largo de este artículo trataremos de ver cómo inculcar a los padres de hijos deportistas algunos consejos con el objetivo de fomentar la educación deportiva de nuestros pupilos.
Estas son algunas de las pautas que los padres de hijos deportistas deberían seguir para contribuir a su progreso.
1. COMPORTAMIENTO:
Un padre debe predicar con el ejemplo
En el mundo del deporte estamos cansados de ver cada fin de semana malos comportamientos por parte de los padres que acuden a las gradas cuando van a ver a sus hijos a los partidos. Si queremos fomentar la autonomía de nuestros pequeños será entonces importante mantener una actitud adecuada y de tranquilidad.
No podemos olvidar que los niños (y no tan niños), cuando practican un deporte están desarrollando a la vez su personalidad. Esto quiere decir, que ante una adversidad que esté sucediendo en el terreno de juego, el niño dudará de sí mismo y tratará de buscar una ‘cara amiga’ que le aporte la confianza que anda buscando.
Si cuando mira a su padre, se encuentra un padre-entrenador que no para de indicar instrucciones de juego de forma negativa, el niño no asumirá el control de la situación y seguramente no tenga la confianza suficiente para tomar decisiones adecuadas.
Si por el contrario, observa a su padre sonriente, entonces el deportista asumirá sus funciones de jugador y tomará soluciones con mayor autoconfianza.
2. CONTROL NUTRICIONAL
Este segundo punto del que vamos a hablar forma parte de lo que los entrenadores y formadores ‘no vemos’ cuando los niños están en casa con sus padres, el llamado entrenamiento invisible. Aquí se engloban otros puntos de los que hablaremos más adelante, pero comenzaremos por el tema de nutrición.
Debemos controlar lo que nuestros hijos comen a lo largo del día, especialmente cuando desarrollan actividades deportivas. Es fundamental educar a nuestros hijos a hacer cinco comidas diarias donde la variedad de nutrientes sea ‘el plato principal’. Hay que saber comer de todo.
Como bien se sabe, es importante no abusar de azúcares y grasas saturadas. Por ejemplo, es mejor que nuestros hijos coman un pequeño bocadillo de jamón con tomate con un zumo o una pieza de fruta antes de hacer actividad física o deportiva que ir a lo fácil y comprarle una dona de chocolate.
3. ORGANIZACIÓN DEL TIEMPO
No hay mejor forma de crear seguridad en un niño cuando éste conoce cuándo empieza y acaba una actividad. Diseñar un horario de actividades será fundamental si queremos ayudar a nuestros hijos a desarrollar una autoconfianza fuerte.
Además, es importante inculcar el sentido del tiempo, que sepan la hora a la que le toca una u otra actividad.
También tenemos que tener en cuenta en no saturar a nuestros hijos con demasiadas actividades extraescolares (clases de inglés, de francés, natación, fútbol, baloncesto, etc.), pues podemos desarrollar en ellos la llamada fatiga mental.
Las consecuencias pueden ser las siguientes: dormirse en clase, falta de energía, poca atención hacia los profesores, falta de concentración en el estudio, un bajo rendimiento escolar, apatía… No debemos olvidar nunca ni el tiempo de estudio ni el tiempo libre o también llamado de juego.
4. EL ESTUDIO
Normalmente un niño que practica deporte suele tener problemas a la hora de organizarse el tiempo de estudio.
Bien sea porque los horarios de los entrenamientos no son los mejores y le parten la tarde o por la mera pérdida de tiempo. Los padres debemos inculcar a nuestros hijos que estudiar permite desarrollar la inteligencia, las cuales ayudarán también a desarrollar con mayor destreza las cualidades deportivas para las que entrena.
Establecer periodos de estudios de 45 minutos permitirá al niño optimizar su estudio. Saber el tiempo que tiene para desarrollar la tarea, le aportará una mayor seguridad y motivación de cara a finalizarla, pues sabe que una vez que termine dispondrá de tiempo libre para poder jugar. Si es necesario, se podrá incluir tantos periodos de 45 minutos como sean necesarios.
5. RESPONSABILIDAD Y AUTONOMÍA
Este último punto del que hablamos es fundamental de cara a desarrollar una personalidad donde la seguridad, la confianza y la toma de decisiones toman un papel principal.
Debemos enseñar desde muy pequeños a nuestros hijos a ser responsables y tomar ciertas tareas de casa: hacer la cama, poner y quitar la mesa, recoger su cuarto, hacerse la mochila del colegio y la bolsa de deporte, etc. Con ello, favoreceremos la responsabilidad del niño.
Por otro lado, debemos educar a nuestros hijos a ser más autónomos.
Para ello, podemos enseñarles a lavarse los dientes solos, a vestirse, ducharse, atarse las zapatillas, a prepararse el desayuno, etc. Poco a poco debemos ir aumentando el nivel de autonomía. Esto ayudará a desarrollar mayores niveles de autoconfianza y seguridad, pues el niño se verá capaz de hacer tareas cada vez más difíciles.
Para concluir, es fundamental que tanto padres como entrenadores remen en la misma dirección y utilicen el deporte como método motivacional para desarrollar aquellas conductas que le aportarán al niño un enriquecedor conocimiento fundamental para su desarrollo como persona.
Los padres deben inculcar a sus hijos que ir a entrenar es una responsabilidad y un compromiso que uno ha adquirido, y que jugar el fin de semana es un premio a su trabajo y esfuerzo, pero no sólo en el terreno de juego sino en todos sus ámbitos de vida (casa, colegio, deporte, familia, etc.).