Crece adoración y comercialización de la santa muerte

Además de idolatría en puestos de artesanías la venden a extranjeros como objeto de curiosidad.

No obstante que su veneración surgió en la década de los 60 del siglo XX, en el municipio de Catemaco en Veracruz, el fenómeno de veneración a la Santa Muerte, crece, ya no solo en altares en desoladas carreteras o altares en parajes públicos de colonias populares. 

Son cada vez más, los domicilios en donde se ubican estas imágenes que santifican el concepto de la muerte, no sin la polémica por parte de diversas denominaciones religiosas formales.

A esta deidad para algunos, se le defino como “figura popular mexicana que personifica la muerte y es objeto de culto. Recibe peticiones de amor, afectos, suerte, dinero y protección, así como también peticiones malintencionadas y de daño a terceros por parte de sus fieles. Por eso, diversas iglesias como la católica, bautista, presbiteriana, metodista, entre otras, rechazan y condenan su veneración, considerándola diabólica”. 

No obstante, en yerberías y santerías, ya es un objeto de comercio, incluso en establecimientos de Nuevo Progreso, dedicados a la venta de artesanías, en donde no solo se le ofrece como un objeto de idolatría, sino como curiosidad para los visitantes de Canadá y Estados Unidos. 

Pese a que ya existía como fenómeno, en la década pasada, fueron adoradores en Ecatepec, Estado de México, quienes catapultaron esta creencia a nivel nacional.