La historia de Rafael Zohler ha sido ampliamente difundida en Internet. Cuando apenas tenía ocho años de edad, experimentó la pérdida de su padre, víctima de cáncer.
El hombre tenía 27 años de edad y, a pesar de saber su diagnóstico, nunca quiso decirle nada a su hijo. Al contrario, planeaban juntos lo que harían una vez que saliera del hospital.
Tras enterarse de la noticia de la muerte de su padre, y aún en el nosocomio, una enfermera se aceró a Rafael para entregarle una caja llena de cartas. Estaban firmadas por su padre y, en cada sobre, se especificaba un momento en el que debía leer cada una.
“CUANDO YA ME HAYA IDO”
La historia, dada a conocer en octubre de 2015, continúa cuando Rafael abrió el primer sobre, titulado: “Cuando ya me haya ido”. La carta, que mezclaba lo emotivo con el humor, decía:
“Hijo mío: Si estás leyendo esto, es porque estoy muerto. Lo siento. No quería decirte lo que iba a pasar porque no quería verte llorar. Bueno, parece que lo he hecho”.
Y continuaba: “Como puedes ver, aún tengo mucho que enseñarte. Así que te escribí estas cartas. No debes abrirlas antes del momento adecuado, ¿de acuerdo? Ese será nuestro trato. Te amo. Cuida a tu madre. Tú eres ahora el hombre de la casa. Con amor, papá. Nota: A mamá no le escribí cartas. Ya le dejé el auto”.
El relato ha sido publicado en diversos portales web y blogs, que señalan que Zohler se mantuvo fiel a consultar las cartas solo en el momento indicado que señalara cada sobre. Así fue como abrió una más, titulada: “Cuando tengas la peor pelea con tu mamá”.
La carta señalaba: “Vé y pídele disculpas. No sé qué causó la pelea ni quién tenga la razón, pero yo conozco bien a tu madre. Te ama más que a cualquier cosa en el mundo. ¿Sabías que te dio a luz de forma natural porque alguien le dijo que eso sería mejor para ti? ¿Alguna vez has visto cómo da a luz una mujer? ¿Necesitas alguna otra prueba de su amor? Discúlpate. Ella te perdonará”.
El padre de Rafael también le dejó sobres para diversos momentos de su vida. Algunas se titulaban: “Cuando des tu primer beso”, “Cuando pierdas la virginidad”, “Cuando te cases”, e incluso, “Si te das cuenta de que eres gay”, la cual señalaba: “Estando a punto de morir, entendí que nos preocupamos mucho por cosas que en realidad no tienen importancia. ¿Crees que algo cambiaría, hijo? No seas tonto, sé feliz”.
LECCIONES DE VIDA
En el sobre titulado “Cuando te conviertas en papá”, el hombre intentó darle una lección de vida. “Ahora entiendes lo que es el verdadero amor. No dejes pasar los momentos, porque nunca regresarán. Cámbiale los pañales, báñalo y sé un ejemplo a seguir”, escribió.
Una de las que más llamó su atención llevaba por nombre “Cuando tu madre muera”, la cual tenía un breve pero directo mensaje: “Ahora, ella es mía”.
La última carta fue leída por Rafael 77 años después. Se titulaba “Cuando haya llegado tu hora” y decía: “Hola, hijo. Espero que ya seas un hombre viejo. ¿Sabes?, esta carta fue la más fácil de todas y la primera que escribí. Es la carta que me liberó del dolor de perderte. Creo que nuestra mente se vuelve más clara cuando estamos más cerca del fin”.
Y terminaba así: “En mis últimos días, pensé e hice un balance de mi vida. Tuve una vida breve, pero muy feliz. Fui tu padre y el esposo de tu madre. ¿Qué más podía pedir? Haberme dado cuenta de eso me dio una gran paz interior. Ahora tú haz lo mismo. Mi consejo: no tengas miedo”.