El obispo José Guadalupe Torres Campos encabezó la ceremonia religiosa en memoria de Juan Gabriel, ante la urna con las cenizas que fue subida a un templete frente a la casa del cantautor.
La urna con las cenizas del “Divo de Juárez” llegó al que fue su domicilio unos 25 minutos después de lo previsto, pero fueron recibidas con agrado por la gente que se reunió en este lugar.
Los congregados celebraron la llegada de las cenizas en medio de la canción interpretada de forma coral y que retrataba el sentir de un “Amor eterno” de los juarenses a quien adoptó a esta como su ciudad.
“Alberto, tu estarás siempre en nuestra mente”, con lágrimas una mujer de unos 70 años gritaba en medio de la multitud.
Alrededor de 80 mil personas vinieron de cerca y de lejos a dar el ultimo adiós al “Divo de Juárez”, justo frente a su casa, en la que descansará por siempre.
Apenas salía el sol, eran las 6:30 de la mañana y ya una veintena de admiradores del interprete fallecido el pasado domingo se daban cita en el cruce de 16 de Septiembre y Colombia, no importaba que el evento iniciará 14 horas mas tarde, había que estar adelante.
Poco a poco fueron llegando familias, para el mediodía ya eran unas 400 personas, en realidad pocas para la multitud que se concentró más tarde.
Junto con ellos las florerías daban vueltas y vueltas, llevando coronas y arreglos, sin duda la más llamativa fue la que envió Luis Miguel, formada por 500 rosas blancas.
Pero el que no tenía dinero para flores dejaba que el corazón hablara y con cartas hechas a mano, cartulinas, y fotos tomadas de la televisión los mensajes no cesaban de aparcar en las rejas e la mansión, en la alguna vez la madre del “Divo de Juárez” fue ama de llaves, y luego el cantante comprara para regalarle.
A las dos de la tarde el sol castigaba a los presentes. Con 35 centigrados y mucha humedad era insoportables estar al exterior, pero el recuerdo de “Juanga” seguía moviendo fronterizos, y gente se la capital, El Paso, Nuevo México, Arizona, y hasta de Durango.