Los implantes para agrandarse las mamas o para reconstruirlas tras una mastectomía no producen cáncer y tampoco impiden la detección oportuna de esta enfermedad en quienes se autoexploran o realizan una mastografía.
Además, éstos no sufren daño ni con la autoexploración ni cuando el mastógrafo presiona la mama al hacer el estudio, pues los implantes se colocan detrás de la glándula mamaria, y no dentro de ésta.
Ello permite apartar el implante en el momento del estudio.
“El ponerse un implante mamario no aumenta el riesgo de cáncer de mama. Es un mito el decir que el cáncer de mama aumenta por ponerse un implante. No aumenta para nada la incidencia ni está relacionado a más porcentaje de cáncer de mama”, aseguró Gregorio Quintero, jefe de la Unidad de Tumores Mamarios del Hospital General de México.
Indicó que desde que las mujeres tienen mama deben revisarse los senos mensualmente, y a partir de los 40 años deben hacerse la mastografía de manera anual.
Explicó que hay mujeres de menor edad a las que se les recomienda realizarla si hay antecedentes familiares de la enfermedad.
“Una mujer que tiene implantes tiene que hacer exactamente lo mismo. El implante no modifica nada en la fisiología de la mama”, dijo.
Precisó que en lo que sí hay cambios es en la técnica que se debe emprender al realizar mastografía en mujeres con implantes y ésta se denomina Eklund.
“Los radiólogos ya saben como hacerla y consiste en jalar la mama hacia adelante y el implante lo echan para atrás. Entonces cuando se hace el aplastamiento de la mama para la mastografía se aplasta la mama, y queda atrás el implante y adelante el tejido mamario y se ve el tejido mamario.
“Para diagnosticar cáncer de mama no nos estorba el implante. No disminuye la sensibilidad en la imagen”.
Además, precisó, los implantes son totalmente seguros y difícilmente se reventarían.
Explicó que se puede dar la ruptura del implante, pero esto no depende de la presión que se ejerza en la mama durante la autoexploración o una mastografía, sino de enzimas que producen las mujeres y que pueden ocasionar su destrucción.
“Los implantes están probados neumáticamente. Los aprietan suficiente para ver el riesgo, y es mínimo. Un implante es muy difícil que se rompa”, precisó.
Quintero puntualizó que los cuidados de una paciente con y sin implante son exactamente los mismos.
“Se tienen que autoexplorar de la misma manera, tienen que hacerse una mastografía igual, sólo cambia la técnica”, comentó.
Señaló que las mujeres mayores de 40 años que desean ponerse implantes deben tener estudios de mastografía que demuestren que no tienen cáncer de mama.
“El cirujano plástico debe de solicitar una mastografía y asegurarse de que no tenga esta enfermedad”.
Indicó que en esta institución atienden a mil pacientes de primera vez anualmente y 8 por ciento tiene implantes, y la mayoría los tiene por reconstrucción tras una mastectomía.
Raymundo Priego, jefe de Cirugía Plástica de este hospital, aseguró que las mujeres con implantes conocen mejor sus senos, y de hecho, existe una asociación entre el uso de implantes y la detección oportuna de tumoraciones en la mama.
“La mujer que tiene implantes es más consciente de la anatomía de su mama y detecta más tempranamente cambios en la misma”, señaló.
Comentó que se han generado muchos mitos sobre la seguridad de los implantes por los problemas que hubo con ellos hace 50 años, pero la tecnología con la que se fabrican ha ido cambiando, cada vez es mejor y ha aumentado la bioseguridad de éstos.
“Por ejemplo, la envoltura del implante, la que está en contacto con la paciente ahora es multicapa, es decir, está compuesta por diferentes capas de silicón, lo cual les da más resistencia y evita la fuga del silicón.
“Además, el gel que se emplea para rellenar los implantes es cohesivo, esto quiere decir que se comporta de tal manera que no se liberan moléculas del gel y recupera su forma original, así que no hay posibilidades de que se rompa o fugue a través de la cápsula del implante.
“Incluso cuando se rompe ésta, el mismo gel mantiene su forma y no se fuga. Hace 50 años estaban hechos de un gel que era casi líquido y si se llega a fugar y originaba contractura muscular. Nunca se ha comprobado que haya una relación entre los implantes mamarios y el cáncer de mama”, afirmó.
Mencionó que los cirujanos recomiendan a quienes se colocan implantes que los primeros seis meses después de la colocación se exploren su mama diariamente, así aprenden a conocer los cambios que hay, y eso ayuda a que detecten más fácilmente cualquier cambio.
Dijo que los proveedores de implantes los garantizan por 10 años, pues el silicón y la cápsula cambian sus propiedades.
“Habitualmente se recomienda que los implantes se evalúen a los 10 años y si hay cambios en el material se cambien en ese momento”.
EN MÉXICO HAY:
20 mil casos de cáncer de mama anualmente.
5 mil pacientes fallecen.
RIESGOS
- Tener un familiar de primer
grado con cáncer de mama, como la madre.
- Tener una mutación genética.
- Entre más edad más posibilidad de cáncer.
- Haber menstruado muy joven, cuando se era menor de 12 años.
- Presentar menopausia tardía, después de los 52 años.
- Tener un hijo después de los 35 años o no tenerlo después de los 30 años.
- No lactar.
- La obesidad.
- Ser de raza blanca.