Personas de la tercera edad y en ocasiones hasta enfermas provenientes del sur del país son abandonados por sus familiares en la Central Camionera mismas que son trasladadas a la Casa del Indigente en donde reciben alojamiento y alimentación sin costo alguno.
“Nos hemos dado cuenta que hay quienes llegan a la ciudad y por ya no querer cargar con algunos parientes, los dejan a la deriva sin importarles la suerte que corran y a donde irán a parar”, dijo Adolfo Sevilla Peña, presidente del patronato de la institución.
Generalmente la gente que es desamparada, es muy grande de edad y algunos llegan hasta sufriendo de algún padecimiento, agregó.
“Este fenómeno viene presentándose de un tiempo a la fecha y bueno nosotros aquí les damos la atención que merecen porque para eso estamos, para servir sin distingos de ninguna especie. Hasta ayer teníamos unas 20 entre hombres y mujeres en este lugar, otras más llegan, se bañan y les damos de comer para luego retirarse”, comentó Sevilla Peña.