Diseñan central nuclear flotante

Es la primera del mundo y será instalada en la región ártica rusa de Chukotka

A prueba de tsunamis y terremotos como el de Fukushima, la primera central nuclear flotante del mundo será instalada en la región ártica rusa de Chukotka, donde comenzará a generar electricidad en 2020.

“En estos momentos, la plataforma con los dos reactores a bordo está pasando las pruebas navales en los astilleros. Terminarán a finales de este año o en 2017”, dijo a EFE Gueorgui Tijomírov, catedrático del Instituto de Ingeniería y Física de Moscú (MIFI).

Una vez concluida, la planta será trasladada de San Petersburgo a la ciudad más septentrional de Rusia, Pevek (Chukotka), que se encuentra en una bahía protegida y donde reemplazará a la central eléctrica.

El profesor pronosticó que para 2020 la central flotante generará su primer kilovatio, un plazo que calificó de realista, independientemente de las oscilaciones económicas.

La barcaza en la que están instalados los dos reactores nucleares tiene 144 metros de eslora, 30 de manga y 6 de calado, y una potencia de desplazamiento con lastre de 21 mil toneladas.

“Es como un crucero. El personal vivirá en la plataforma con si fuera un hotel de cuatro estrellas, con todas las comodidades, ya que deben vivir en esos compartimentos durante todo el año”, indicó.

En cuanto a los reactores (KLT-40C), tendrán 40 megavatios de potencia cada uno, pueden funcionar simultáneamente y dispondrán de combustible suficiente para operar de manera autónoma durante tres años.

“Cada tres años debe repostar combustible y a los doce debe someterse a mantenimiento general. En principio, el plazo de vida de la central es de 40 años”, apuntó.

Este tipo de planta tendrá un impacto ambiental bajo, no es necesaria una instalación especial para construirla, ya que se puede construir en un astillero, y no es necesario un estudio de viabilidad de la tierra para ubicarla en un lugar concreto.

El experto nuclear explicó que, en caso de alerta de tsunami o terremoto, algo improbable en el Ártico, la planta será elevada sobre el nivel del mar con ayuda de varios pilares de gran solidez a los que está apuntalada. (Reforma)

“Es una decisión técnica complicada, pero que garantiza tanto la seguridad como el suministro en todo momento”, indicó.

En cambio, Greenpeace considera que estas plantas son una bomba de relojería al almacenar grandes cantidades de uranio, además de un regalo para los terroristas y que su mantenimiento es demasiado costoso, ya que se necesitará una flota de guerra para garantizar su seguridad.

Alternativa a escala

El Massachusetts Institute of Technology de Estados Unidos está desarrollando un concepto de central nuclear flotante pequeña (OFNP, siglas de Offshore Floating Nuclear Power Plant).

Este tipo de central combina dos tecnologías: la del reactor nuclear y la de la plataforma petrolífera.

Se situaría en aguas profundas, a unos 12 km de la costa, y sólo estaría conectada a tierra mediante una línea de transmisión de energía bajo agua.

Al ubicar la plataforma en una zona con una profundidad de al menos 100 metros, el agua del mar absorbe los movimientos del suelo marino y protege a la central de terremotos y tsunamis. El mar también puede ser una fuente infinita de agua de refrigeración en caso de emergencia.

El diseño consiste en una plataforma cilíndrica de 45 metros de diámetro para una producción de 300 megavatios de electricidad. Al igual que las plataformas petrolíferas, estas instalaciones incluyen alojamiento para el personal y helipuertos para el transporte.