El sacerdote José Manuel Guerrero difundió ayer el video de la reciente conferencia de prensa, organizada por CADHAC, donde habitantes de Cadereyta y voceros de la Arquidiócesis de Monterrey denuncian que persiste un doble desastre ambiental en Cadereyta que impacta a la Presa El Cuchillo.
En dicho video, que Guerrero subió a redes sociales, el biólogo Antonio Hernández reveló que además del macro derrame de petróleo que desde hace un año afectó a comunidades de Cadereyta y el Río San Juan, hay una mayor fuente contaminante: la planta tratadora de la Refinería de Pemex, de esa población.
UBICAN DESCARGAS HACIA RÍO SAN JUAN
Precisó el biólogo –con base en imágenes satelitales-, que la planta, localizada al suroriente de las instalaciones petroleras, tiene seis estanques con aguas residuales, acumulaciones pluviales y cárcamo aceitoso, cuyos residuos de refinación son vertidos en dos lugares aledaños al Río San Juan.
Aseguró que una de los puntos de descarga se localiza en el ejido Mexiquito y otro atrás del Panteón Dolores, de la comunidad La Fragua, en los cuales el río y los mantos acuíferos están severamente contaminados, a tal grado de que el agua –con olor a hidrocarburo- no sirve para tomar, bañarse o regar 2 mil hectáreas de cultivos.
El biólogo agregó que el caso llegó al desastre ambiental con el macro derrame de petróleo de 2014, atribuido oficialmente a una toma clandestina, que siguió la misma ruta que las descargas, en un tramo de unos 20 kilómetros lineales del Río San Juan, principal afluente de El Cuchillo.
AFECTAN A LA PRESA Y LA REGIÓN
Por su parte, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey, Alfonso Gerardo Miranda señaló en el referido video que es un problema de contaminación que daña a comunidades rurales de Cadereyta y la región, porque los residuos de la Refinería llegan finalmente a la presa ubicada en China, Nuevo León.
Miranda añadió que el embalse abastece de agua potable al área metropolitana regiomontana, sin que los contaminantes provenientes de la Refinería puedan ser eliminados en el proceso de potabilización.
Ambientalistas locales aseveraron que lo mismo ocurre a los residentes de la frontera tamaulipeca, a la cual se trasvasa ocasionalmente el vital líquido de El Cuchillo, por medio de la Presa Marte R. Gómez, de Camargo.
Por su parte, ejidatarios de las rancherías colapsadas en Cadereyta, destacaron que la Refinería “nos desgració la vida, a tal grado de que no tenemos agua de pozo para tomar, y si nos bañamos con esta nos salen erupciones en la piel”.
Reiteraron que el desastre ambiental abarca a unas dos mil hectáreas de naranja y otros cultivos y ni siquiera pueden pescar en el Río San Juan, para su consumo o venta, “porque nadie quiere el pescado de allí”.
Los denunciantes lamentaron que autoridades municipales, estatales y federales se hayan mostrado indiferentes ante los citados hechos, con los que se extingue la vida y ciclo productivo en rancherías, pero también es contaminada progresivamente la presa.
Expresaron que “los funcionarios (públicos de los tres niveles de Gobierno) han dicho que el agua está limpia y que nosotros mentimos, pero los que vivimos allí y los que vienen a revisar saben que esto no es cierto, que el olor a petróleo es insoportable”.
EMITE CADHAC COMUNICADO
A su vez, voceros de la organización civil CADHAC emitieron un comunicado, en el cual manifestaron que a un año del derrame de hidrocarburos de un ducto administrado por la Refinería, el cual tuvo consecuencias serias en los ecosistemas del río, y la población local, la contaminación se mantiene vigente.
Dijeron que a pesar de que “las evidencias de los daños ocasionados por el derrame ya no son físicamente visibles del todo, hemos detectado que las instalaciones de la refinería son causa de daños ambientales”.
Sostuvieron que “de manera recurrente las instalaciones que la planta de refinación posee para el manejo de aguas residuales, expulsan hacia el exterior agua tratada que contiene hidrocarburos, aceites, acompañadas de la generación de espumas sobre el agua”.
Puntualizaron que “esto tiene impacto sobre la integridad de elementos naturales como el suelo o los cuerpos de agua superficiales y subterráneos”.
Insistieron que al margen de la contaminación del agua, cantidades importantes de compuestos y sustancias que la refinería emite hacia la atmósfera, afectan de manera visible y cualitativa la calidad del aire en su entorno inmediato”. (Monterrey, NL)