Las cámaras de los drones sirven para realizar tomas imposibles en partidos de fútbol, buscar alpinistas perdidos en montañas, controlar las fronteras de un país o medir el rendimiento de los cultivos. La llegada de esta tecnología al mercado ha sido revolucionaria para muchos sectores que comienzan a explorar cómo sus casos de uso pueden aportarles un valor añadido en su trabajo. Si no, que pregunten a las compañías de seguros.
Cada vez más aseguradoras aprovechan estos robots para simplificar el trabajo de los peritos y ayudarles a realizar su trabajo con más precisión, en menos tiempo y reduciendo costes. “Lo más importante es reducir costes: si lo hacemos, reducimos los precios para nuestros clientes y podemos prestar un mejor servicio”, opina Philippe Vayssac, responsable de innovación en la francesa Groupama RAA.
Esta compañía de seguros, especializada en servicios agrícolas, utiliza drones desde hace poco más de un año y está especialmente contenta con estos nuevos empleados. Antes de que llegaran, la empresa tenía dificultades para medir cuántas hectáreas de un terreno había destruído un desastre natural. “En grandes campos de maíz, por ejemplo, no te puedes meter dentro. Puedes pasar un día entero haciendo la medición y salir con unos números que no son del todo exactos”, lamenta Vayssac.
Los drones de Groupama RAA —modelos Phantom 4 y Phantom 4 Pro de la empresa DJI— son autodirigidos: la veintena de profesionales que los utilizan los programan para que recorran una superficie tomando fotos aéreas y las envíen, cinco minutos después de aterrizar, a un iPad Pro. De esta forma, se puede conocer la cantidad de terreno dañada en menos de media hora con precisión sin necesidad de conexión a internet. “Es importante para los agricultores que les demos el dinero lo antes posible para que puedan solucionar su problema con rapidez y, gracias a la tecnología, vamos directamente en esa línea”, explica el directivo.
Obviamente, el uso de drones para calcular los desperfectos de un espacio no se reduce a la agricultura y traspasa las fronteras. AXA los ha llegado a utilizar para hacer una primera aproximación a los daños ocasionados por un incendio, evitando poner en riesgo a sus profesionales. Zurich, por su parte, los emplea en EU para fotografiar tejados de domicilios asegurados y utiliza un software de inteligencia artificial para evaluar los riesgos y calcular los costes de la reparación. “Nuestro sector no tiene fama de ser pionero; de hecho es bastante conservador, pero se está poniendo las pilas”, afirma Josep Manel Egido, director de gestión de mercados para España en esta empresa.
Hay quienes consideran que estos robots pueden amenazar el puesto de trabajo de los peritos. Un informe de la compañía LexisNexis sobre el futuro de las reclamaciones destaca que el 38% de compañías de seguros no envía a sus agentes a comprobar incidentes en al menos alguna situación. Pero no hay motivo de preocupación, al menos de momento. “La función de estos profesionales no desaparece, solo les ahorramos el desplazamiento”, justifica Egido. “Más adelante, cuando podamos fiarnos de que la inteligencia artificial valore los daños basándose en fotografías, podrá haber cierta reducción de personal, pero hoy, la decisión final sigue pasando por los peritos”. El directivo de Zurich no olvida mencionar que el uso de estos robots en su ámbito requiere de otro tipo de profesionales que las sepan utilizar.
Los drones y la inteligencia artificial no son las únicas soluciones por las que se apuesta. Machine learning, vídeo peritación y aplicaciones móviles completan el elenco tecnológico al que recurren las compañías de seguros. Arturo López-Linares, director de Siniestros de AXA en España, piensa que todas estas opciones constituyen un medio para lograr un fin: un modelo de negocio centrado en el cliente. “Estas herramientas nos permiten dar una respuesta a una incidencia de forma más personalizada y ágil”, expone.
López-Linares aventura que, en los próximos años, las aseguradoras profundizarán en el procesado de imágenes, chatbots conversacionales y en soluciones de automatización de procesos. “Ya estamos testando tecnologías que permiten flexibilizar y simplificar los procesos de gestión interna”, comenta.
“La teleperitación es una realidad y viene aplicándose en el sector desde hace tiempo mediante el uso del vídeo y la reconstrucción 3D”, añade Francisco Serrat, subdirector general de transformación digital de Mapfre Iberia. “En incidentes de pequeño calado o en verificaciones previas, puede ser el propio cliente —mediante aplicaciones móviles, por ejemplo—, quién efectúe algunas gestiones”.