Ser hijo de una figura que dejó huella en el futbol mexicano como François Omam Biyik, no ha sido fácil, y menos jugando como zaguero central. Emilio Omam Biyik está más que orgulloso de todo lo que hizo su padre. Lo admira y respeta pero vivir bajo su sombra no está dentro de sus planes.
El futbolista de La Roja ha sabido lidiar con las comparaciones y sin colgarse de la fama del ex goleador americanista, busca abrirse camino en el país que lo vio nacer hace 20 años.
“Yo sé que mi padre es y será siempre un crack, fue un ídolo en México, pero eso no me sirve a mi, yo tengo que mostrar mi futbol porque tal vez toda mi vida voy a ser comparado con él y yo no juego como delantero, yo soy defensa central y vengo a mostrar que soy Emilio Omam Biyik y no el hijo de Francois Omam Biyilk”, comentó el refuerzo rojo.
Es mexicano porque nació en el Distrito Federal el 12 de marzo de 1995, pero el gusto le duró muy poco ya que a los cuatro años de edad se mudó a Francia en donde su padre colgó lo botines.
Reynosa es su primer equipo de este lado del charco y la adaptación no ha sido sencilla ya que antes vistió la camiseta del Berrichonne de Châteauroux de la Ligue 2 de Francia.
“En Francia se retiró mi padre y allá hice mi formación como futbolista, es un futbol muy diferente porque aquí te presionan mucho, se corre mucho, hay mucha intensidad, allá tenemos mucho tiempo para pensar y salir tocando, pero ya me acoplé” afirmó.
Biyik fue el último elemento en reportar para este torneo Clausura 2016 y por eso su debut con Reynosa FC ha tenido que esperar. Este sábado podría salir a la banca ante los Xolos de Tijuana si su técnico así lo desea pero tendrá que ser paciente ya que la defensa se ha comportado a la altura.
“Sé que primero necesito ganarme la confianza del profesor porque nuestra defensa está jugando muy bien, espero salir a la banca pero ya estoy listo, ojalá me toque debutar este sábado y si no tendré que esperar, estoy muy feliz de que mi registro ya está resuelto y agradezco que el club hizo todo para resolverlo”, señaló el gigante de 1.92 metros.
Desde hace 4 meses Emilio llegó a Reynosa así que hoy se encuentra adaptado a la comida, al clima y a su gente.
“Ya me acoplé a la ciudad, además tengo muy buenos compañeros y la ciudad me gusta mucho, estamos cerca de Estados Unidos para visitar, México en general me gusta mucho, tengo ya cuatro meses en Reynosa y estoy muy acostumbrado y muy a gusto”, sentenció.