Distintos estudios científicos que se han venido llevando a cabo en los últimos años han permitido constatar que en realidad la cerveza no genera la típica ‘barriga’ (conocida popularmente con el nombre simple de ‘barriga cervecera’), y sí aquellos alimentos con los que acompañamos la cerveza.
Es decir, lo que tiende a generar la barriga cervecera son los alimentos que habitualmente tendemos a comer como tomamos esta bebida: patatas fritas, embutidos… por lo general, muchos alimentos ricos en grasas saturadas que sí son poco adecuados en dietas sanas y de adelgazamiento. Es lo mismo que si a un vaso de agua (que no engorda en absoluto) lo acompañamos con un cuenco de patatas fritas.
Por ejemplo, un estudio publicado en la European Journal of Clinical Nutrition constató que, en realidad, el aumento de masa corporal que podría apreciarse en las personas consumidoras habituales de cerveza no se debe a la cerveza en sí misma sino a otros factores como hábitos de alimentación poco adecuados, el seguimiento de un estilo de vida no saludable e incluso a factores puramente genéticos.
LA CERVEZA EN DIETAS DE ADELGAZAMIENTO
Aunque la cerveza ha sido una de las bebidas más prohibidas cuando se sigue una dieta de adelgazamiento, es falso que las personas que quieran adelgazar no puedan tomar una buena cerveza.
A pesar que es cierto que se trata de una bebida energética y fermentada de baja graduación, muchos especialistas en nutrición y dietética aseguran que puede ser incluida en cualquier dieta o régimen siempre y cuando no se superen las cantidades recomendadas.
Estas cantidades pasan por unas dos cervezas en los hombres (unos 20g/día), y una en las mujeres (10 g/día).
Eso sí, en caso de que desees disfrutar de todo su sabor pero sin aportar apenas muchas calorías a tu dieta, opta siempre por la cerveza sin alcohol. ¡Y cuidado con lo que comes junto con ella!
¿ES VERDAD QUE LA CERVEZA AUMENTA DE PESO?
Antes de responder a esta pregunta, una buena opción es prestar atención a las calorías de la cerveza. Atendiendo a su contenido calórico, sabemos que un vaso de cerveza rubia aporta 90 kilocalorías, un vaso de cerveza negra 112 kilocalorías, un vaso de cerveza sin alcohol 40 kilocalorías, y un vaso de cerveza 0,0 aporta 19 kilocalorías.
Llegados a este punto, es cierto que dependiendo del tipo de cerveza que consumamos, y si ésta contiene o no alcohol, tenderá a engordar más o menos.
Debemos tener en cuenta que lo que principalmente engorda de la cerveza es su contenido en alcohol, lo que significa que la cerveza con alcohol engorda, y su consumo no está aconsejado en dietas de adelgazamiento.