El sueño de la casa propia

Te damos algunos tips en las que tienes que pensar antes de comprar lo que será tu hogar

La compra de una casa no es algo que se pueda tomar a la ligera. Tienes que saber qué es lo que quieres, pues estarás invirtiendo en tu futuro, y seguramente no quieres que nada salga mal. Toma en cuenta estos consejos para que conozcas verdaderamente qué es lo que quieres.

Evalúa

Tal vez tu situación actual no es la mejor para adquirir un bien inmobiliario. Puede ser que tengas que viajar constantemente, que no tengas un historial lo suficientemente fuerte como para que te otorguen un crédito o, simplemente, que no tengas la estabilidad necesaria para un compromiso de ese tamaño. No hay problema. Ya llegará tu tiempo. Evita apresurarte y revisa tus opciones para saber qué es lo que más te conviene.

Diseño

Recuerda que vivirás muchos años en la casa que compres, así que no tiene nada de malo que te pongas un poco exigente al adquirirla. Imagina tus muebles en los espacios de la casa: cómo sería tu día a día en ella y si tú y tu familia la podrán disfrutar completamente. Revisa los acabados de la construcción como las puertas, los pasamanos, los baños, e incluso, si tiene clósets o no. Platica con la constructora para saber si hay posibilidad de hacer adecuaciones al diseño original y si éstas tienen algún costo.

Ubicación

Éste es uno de los aspectos vitales para que te decidas a comprar tu casa. Asegúrate de que haya escuelas, comercios, lugares de esparcimiento, y sobre todo, que no tengas que viajar al otro lado de la ciudad para llegar a tu trabajo. Gran parte de la calidad de vida que puedes tener radica en el lugar en el que esté tu hogar, no tanto por la zona en la que esté, sino en cómo se relacionan tú y tu familia con la comunidad en la que se encuentra tu hogar.

Gastos paralelos

Además del precio de la casa, hay otros gastos que necesitas considerar en el presupuesto. La escrituración es uno de los más fuertes, pues en ella quedará asentada que tú eres el dueño ante el Registro Público de la Propiedad. Si vas a contratar un crédito hipotecario, asegúrate de preguntar si hay gastos por comisión, por apertura de crédito o incluso anualidades: no te quedes con ninguna duda.

Por último y como consejo extra, no olvides informarte sobre todos los aspectos relacionados con tu nuevo hogar. Tú eres el comprador y debes hacer el mejor trabajo para proteger tu inversión, tu futuro y el de tu familia. No aceleres una decisión simplemente porque te desesperaste. Tómate tu tiempo y asegura una excelente inversión.

CONSIDERA LOS GASTOS DE TU NUEVA CASA

Además de tener en cuenta los aspectos físicos, funcionales y estéticos de tu nuevo hogar, hay varias cuestiones que deberás saber. Dentro del financiamiento, cuando realices las cuentas para saber qué y cuánto necesitas para comprar tu casa, es muy posible que sólo consideres el precio total de ella, pero hay más gastos a tener en cuenta. Uno de los grandes frenos con los que te puedes encontrar al adquirir tu vivienda viene cuando te enteras de los agregados al precio total que te explica la inmobiliaria.

Escrituración

Para que la propiedad aparezca a tu nombre y figures como el legítimo dueño, inscribir el contrato ante el Registro Público de la Propiedad, y hacer el pago que esto conlleva. Así que, aunque parezca un gasto fuerte, sin duda es el más importante que debes hacer. De igual forma, en este rubro se contemplan los honorarios para el notario público. Él es el que dará fe de la compra y además realizará los trámites para saber si la vivienda tiene o no gravámenes, de manera que se pueda finalizar la compra sin problemas.

Cuotas hipotecarias

Las tasas de interés son bastante variables, pueden ir del 8.5% al 11% en un banco y del 4% al 10% con el INFONAVIT, así que tienes buenos parámetros para considerar los pagos mensuales. Sin embargo hay gastos que no siempre se consideran: los de operación. Estos se refieren a cuotas anuales, al inicio del crédito o por apertura de cuenta. Infórmate con la institución financiera acerca de éstos para tener claras tus finanzas.