Ciudad de México
Los sudamericanos Matías Almeyda y Diego Alonso encabezan la sangre nueva de técnicos en la Liga MX.
El argentino de 43 años ganó la Liga y la Copa con las Chivas, mientras que el uruguayo (42) conquistó la Concacaf con el Pachuca y apenas hace un año la Liga.
Ambos celebraron su máxima conquista del año a costa de los Tigres del experimentado Ricardo Ferretti, en el banquillo de manera interrumpida desde 1991.
El ciclo futbolístico se ha caracterizado por la apuesta por técnicos jóvenes, novatos, pero prometedores. Hernán Cristante (47 años) fue semifinalista del Clausura 2017 con el Toluca, aunque con el asterisco de que se le exigía el título en el torneo del centenario; un semestre antes, Francisco Palencia (44) llevó a los Pumas a los Cuartos de Final.
Jaime Lozano es el más joven en un banquillo, con apenas 37 años y ya dirigiendo al Querétaro, apenas un año mayor que sus mediocampistas Marco Jiménez y Luis Esqueda.
Alfonso Sosa (49) salvó al Necaxa del descenso, pero aun así la dirigencia no le renovó el contrato, caso contrario al de Roberto Hernández (49) que recibió por fin el voto de confianza luego de años siendo auxiliar, interino y hasta directivo. Incluso el argentino Javier Torrente (47) con el León y el español Paco Jémez (47) con el Cruz Azul han refrescado la Liga, aunque sin los resultados de sus homólogos.
Todos los técnicos mencionados tienen menos de 6 torneos dirigidos en México. Matías Almeyda presume una efectividad del 51.43 por ciento contando sus cuatro torneos al frente del Guadalajara, mientras que Diego Alonso tiene un 52.58 por ciento.
Los caracteriza el hambre para imponerse en un futbol acostumbrado al reciclaje de técnicos.
Almeyda se sobrepuso a las críticas desde que amarró con Chivas mientras José Manuel de la Torre aún era técnico, así como a duros episodios como la depresión y el alcoholismo previo a su llegada al Rebaño. Alonso, por su parte, sustituyó al experimentado Enrique Meza y aceptó un salario casi cuatro veces menor al de su portero Óscar “Conejo” Pérez, con la cláusula de que si clasificaba a la Liguilla en su primer torneo, Clausura 2015, recibiría un aumento de más del 200 por ciento.