En el estacionamiento de un centro comercial ubicado por la carretera a San Fernando, las autoridades encontraron en la cajuela de un auto, el cadáver descuartizado de un individuo, cuya edad se estimaba entre los 30 y 35 años.
Policías investigadores adscritos al Plan Reynosa acudieron ya cuando en el lugar permanecían Policías Federales, Policías Estatales y decenas de curiosos muchos de los cuales se habían arrimado al automóvil Chevrolet Montecarlo, negro y sin placas.
El auto tenía las llaves en el switch y no contaba con el vidrio trasero, el cual había sido substituido por un plástico.
Nadie supo informar nada sobre el momento en que abandonaron la unidad con el cuerpo en su interior.
Sin embargo los investigadores tenían la opción de solicitar a la empresa el acceso a las cámaras de seguridad con que cuentan en el área del estacionamiento. El cuerpo se encontraba en la cajuela bocarriba y en bolsas de plástico totalmente descuartizado.
Un guardia dijo haber llegado a las 14:00 horas y el auto ya se encontraba en el estacionamiento. Los investigadores se apresuraron a levantar evidencias y peritos rápidamente fijaron la escena del crimen, para trasladar cuanto antes el cuerpo, evitando con ello la satisfacción del morbo de gente curiosa que permanecía a distancia observando el desarrollo de las diligencias.
No había trascendido la identidad y al parecer las autoridades no contaban con documentos que los auxiliaran en este aspecto, por lo que solicitarían informes a las unidades anti-secuestros y a la especialidades en personas no localizadas, por si alguna de ellas cuenta con reporte de alguna persona cuya media filiación coincida con la de la víctima.