En una laguna de aguas pantanosas y calles destrozadas se convirtió la construcción del Cárcamo 278 situado sobre el Libramiento Luis Echeverría.
Esto, ya que la obra cuenta con más de un mes, en el olvido.
Para los vecinos, esto se ha convertido en un dolor de cabeza pues además de impedirles el acceso a sus viviendas, la gran fosa que se abrió en esta zona, es ahora, nido de mosquitos.
Además, los comerciantes han resentido bajas ventas ante la tardanza para concluir esta obra ya que aquí, se encuentran una gran cantidad de talleres mecánicos.
“No hemos tenido trabajo, le tenemos que buscar por otro lado, yo aquí instalo climas pero no pueden pasar los autos porque las calles están cerradas”, comentó Eusebio Martínez.
Dijo que a un mes de que esta arteria se encuentra cerrada, es que han visto afectados sus recursos económicos, por lo que urge, se concluya la obra.
“Ojalá y que acaben pronto y que dejen las calles en buen estado porque luego acaban las obras y dejan en pésimo estado las calles, eso retarda aún más, el que podamos abrir nuestros negocios”.
Cabe destacar, que en la enorme fosa que hoy cuenta con aguas verdes, se dejó una gran cantidad de varilla que se está oxidando.