Díaz Ordaz, Tam.

Ante la sistemática desaparición o reducción de los apoyos a los sectores agrícolas y ganadero, el sector agropecuario comienza a sufrir una crisis como no la tenía desde hace muchos años y podría ser cuestión de tiempo cuando los resultados catastróficos pueden aparecer si la Sagarpa no corrige su desatinada política en ese rubro.

Apoyos importantes como el de la inducción, que de un plumazo fue desaparecido por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, y la reducción de subsidios como el “Proagro Productivo” o el del diesel, son solo algunos ejemplos, que han dañado profundamente a los productores de granos.

“Con esos apoyos que nos quitaron, solo hemos podido sobrevivir porque tuvimos buenos rendimientos, pues de otra forma, no hubiéramos alcanzado ni para pagar el avío”, denunció el agricultor Godofredo Tamez González.

Expresó que en sentido contrario a la lógica, el precio del maíz amarillo ha bajado de manera sensible, mientras que los insumos o costos de producción han aumentado año con año.

No es posible que hace años, la tonelada de maíz amarillo se nos pagó a 4 mil 200 pesos, y en la actualidad el precio objetivo sea de 3,300 pesos.

Solo los fertilizantes, las semillas, el diesel, la gasolina, las cuotas de agua, los salarios del trabajador, entre otros insumos aumentan frecuentemente, mientras que el precio del maíz va a la baja.”Es inverosímil”, apuntó Tamez González.

“Pudimos salir en los últimos años porque pese a las adversidades tuvimos producciones elevadas, pero si llegamos a tener un mal año, no sacaremos ni para cubrir los créditos y tendremos que empeñar maquinaria o tierras para poder cubrir esos compromisos financieros”, detalló la fuente.

Para prevenir una posible recesión en el campo, el Gobierno Federal, a través de la Sagarpa, debe reorientar su política agropecuaria, crean más y mejores apoyos al sector, en vez de reducirlos o de plano eliminarlos, concluyó Godofredo Tamez González.