Tres menores de edad perdieron la vida calcinados al quedar atrapados en el interior de la vivienda cuando se incendiaba.
El fatal siniestro ocurrió alrededor de las 11:00 horas en el domicilio marcado en la calle Ferrocarril con Espuelas de la colonia Obrera, donde el fuego consumió tres casas y un vehículo, al ver en una de las recámaras los tres cadáveres de los menores de edad quemados.
Según vecinos indicaron que el fuego inició en la primera vivienda y se propagó hasta los cuartos de madera contiguos, llegando hasta la habitación en la cual presuntamente se refugiaron los tres menores identificados como Armando Medellín Martínez, de 17 años, quien era un niño especial, su hermano Diego y su primo Brayan, ambos de seis años, quien se encontraba de visita.
Señalaron observar las voraces llamas que intentaron sofocar a cubetazos de agua y dieron aviso a las autoridades correspondientes pero ya las llamas estaban arrasando muy rápido con las casas de madera para cuando llegaron las unidades de Bomberos, el fuego ya estaba reduciendo a cenizas casi en un cien por ciento la las humildes viviendas.
La pareja afectada integrada por Isidro Medellín Camacho y Georgina Martínez Rendón, indicaron que ambos trabajan para poder salir adelante, él en la albañilería y su esposa vende tortillas de harina en el sector, por tal motivo ella se vio en la necesidad de dejar a sus dos hijos y su sobrino solos por un momento por la venta, refiriendo que no se explican qué sucedió o qué provocó el incendio.
El director de Protección Civil, Alejandro López Jiménez, expresó que posiblemente el fuego fue provocado por un cortocircuito en el interior de la vivienda, que se propagó de inmediato porque el domicilio en su mayoría es de madera quitándole la vida a tres menores de edad quienes intentaron refugiarse en una recámara.
A dar fe de las tres pérdidas humanas arribaron agentes Investigadores del nuevo proceso penal en compañía de personal de Servicios Periciales quienes acordonaron la fatal escena para realizar las investigaciones correspondientes, luego de algunos minutos realizaron el levantamiento y traslado de los tres cadáveres calcinados de los menores al anfiteatro para practicarle la necropsia de ley.
La señora Gisela Rendón Sierra, abuelita de los menores sin vida, expresaba con lágrimas que tan sólo fue recoger a Brayan porque lo dejó un rato con sus primos para que jugaran, al llegar al domicilio se llevó la peor sorpresa de su vida al ver la casa reducida a cenizas que le quitó la vida a sus tres nietos.