Ciudad de México
“¿Difícil ser actor?, no, qué va, para nada”, fue una de las declaraciones que Rogelio Guerra hizo a principios del año pasado, semanas antes de que su salud comenzara a deteriorarse.
Poco a poco el artista, quien ahora cuenta con 80 años, fue olvidando frases, nombres, fechas, pero no perdía el sentido del humor, hasta que la situación se agravó.
Hace apenas dos meses, su esposa Maribel habló sobre la condición crítica de este veterano del cine y la televisión, quien sufrió una trombosis cerebral, lo que lo mantuvo hospitalizado mucho tiempo.
“Ya no estamos a la expectativa que se va a componer, entonces, ya realmente asumes y aceptas”, expresó entonces la mujer del actor.
Y esta semana, su hijo Aldo Guerra, quien heredó de su padre el gusto por los escenarios, confirmó que no ha tenido mejoría luego del accidente vascular cerebral.
“Todavía no puede hablar, no se puede parar ni puede caminar; no ha logrado rehabilitarse”, fueron las palabras del joven actor, quien fue notificado por los médicos que su padre padece un daño cerebral irreversible.
Rogelio, quien fuera uno de los rostros masculinos del melodrama mexicano de los 70, no se deja vencer y aunque limitado, vive y trata de mantener esa conexión a su familia y a otros seres queridos.
“Hay días en los que está conectado y otros en que no, pero él sigue aquí, luchando y aquí seguimos todos”, añadió Aldo sobre el protagonista de Los Ricos También Lloran y Vivir un Poco.
Todavía el año pasado hablaba de su deseo de hacer algo más que seguir en los escenarios. Anhelaba contar todo sobre su trayectoria y plasmarlo en una publicación.
“Tengo muchas anécdotas que contar. Mucha gente me ha sugerido escribir un libro y este año pienso hacerlo porque mi vida ha sido muy interesante, en todos los aspectos; el destino me preparó para todo esto”, declaró.
GALÁN Y ACTOR DE PESO
El artista, quien además se desarrolló como escultor muchos años, aún tiene conexiones fuertes con los escenarios.
En la entrevista del año pasado recordó a precisión cómo fue descubierto hace varias décadas mientras era bellboy en un hotel en la Ciudad de México, y así la suerte le sonrió.
Fue escalando gracias a pequeñas apariciones en westerns y dramas de bajo presupuesto, hasta que los productores se dieron cuenta del potencial, y a finales de la década ya era el galán de peso.
Alternó en escenas de amor con Maricruz Olivier, Isela Vega, Lorena Velázquez, Maura Monti, Sonia Furió, Libertad Leblanc y otras, en cintas como Minifaldas con Espuelas, La Endemoniada, Las Pecadoras, Las Sicodélicas, El Planeta de las Mujeres Invasoras y La Casa del Farol Rojo.
Hasta al cine de luchadores su nombre fue a dar, gracias a Los Leones del Ring, Los Leones del Ring Contra la Cosa Nostra, Las Momias de San Ángel, Leyendas Macabras de la Colonia y Una Rosa Sobre el Ring.
Su nombre se fue cotizando y luego de otros estelares en cine, llegó su mejor época en la televisión, cuando en los 70 le ofrecieron Ha Llegado una Intrusa, Lo Imperdonable, La Venganza y Doménica Montero, que sería su primer gran protagónico junto a Irán Eory, antes de que llegara a sus manos los libretos de Los Ricos También Lloran.
Con ello logró la internacionalización, pues fue la primera telenovela que llegó a mercados de Asia y Europa. Amén de la pareja que formó con Verónica Castro, una de las más icónicas del género.
Luego vendrían otros aciertos con Vanessa, Chispita, Principessa, Amalia Batista y, por supuesto, el exitazo llamado Vivir un Poco, que hizo con Angélica Aragón.
Tal y como él mismo lo dijo: Rogelio Guerra tiene mucho qué contar.