Los biopics y películas basadas en historias reales son cada vez más frecuentes hasta llegar a ocupar un lugar importantísimo entre las producciones más destacadas del año. Pero no todo lo que vemos en la gran pantalla es verdad. Algunas películas falsean la realidad para resultar más atractivas presentando fallos y errores intencionados para aportar más espectacularidad a la historia.
THE BLIND SIDE:
Sandra Bullock ganó el Oscar a Mejor Actriz por este biopic sobre la familia adinerada que adoptó a Michael Oher, ayudándole a convertirse en una estrella de la NFL. Pero lo cierto es que, según aclaró el propio Oher en su libro, su madre adoptiva nunca le enseñó a jugar al futbol como se muestra en la película (dándole más crédito al personaje de la actriz), sino que él ya era un experto antes de conocerla. “¡Ese no era yo! Estuve estudiando el juego desde que era un niño”, escribía el jugador.
10.000 A. C.:
No se puede justificar como licencia creativa el hecho de que Roland Emmerich incluyese mamuts en su recreación de la prehistoria. ¡Los egipcios no pudieron haber utilizado estos animales para construir las pirámides porque se extinguieron 70.000 años atrás!
BRAVEHEART:
William Wallace es recordado como un héroe en la historia escocesa a pesar de tratarse de una figura rodeada de mitos folclóricos. Aún así, aunque Mel Gibson dibujó ciertos detalles de su vida para que su película fuera el clásico que es hoy en día, hay un detalle completamente erróneo. Y es que Wallace jamás podría haber mantenido un romance con la princesa Isabella de Francia (Sophie Marceau) porque en la realidad habría sido una niña en el momento de conocer al escocés.
LINCOLN:
Daniel Day-Lewis ganó el Oscar al Mejor Actor por dar vida a Abraham Lincoln, pero había un pequeño detalle que nadie se ocupó de disimular: el presidente no tenía un lóbulo agujereado como muestra Lewis en la primera escena donde la figura histórica debate con los miembros de su gabinete.
RUSH:
Aunque esta película de Ron Howard convenció a los críticos, los cinéfilos y apasionados del motor, lo cierto es que también cuenta con alguna exageración. Por ejemplo, la cinta exagera la rivalidad entre James Hunt y Niki Lauda mostrándolos como enemigos cuando eran amigos fuera de las pistas llegando a compartir departamento y salir juntos de copas.
UNA MENTE MARAVILLOSA:
Aunque las alucinaciones de John Nash (Russell Crowe) convierten la primera mitad de este biopic en un thriller lleno de secretos, lo cierto es que el matemático jamás las sufrió. Sus alucinaciones siempre han sido auditivas y además, tampoco dio un discurso al recibir el premio Nobel como en la película.