Sin esperanza alguna de que se pudieran llevar a cabo los trabajos de remodelación en una segunda etapa, ante la estrepitosa caída del sistema, el Centro de Salud rector se encuentra convertido en un horno, y eso que no estamos en la canícula.

Ayer se pudo constatar lo anterior al comprobarse que en efecto el aire central no está funcionando como debe ser, por lo que el ambiente en el interior era de bochorno y hastió por quienes ahí se encontraban, como el caso de la señora Rosa, refirió que venía de la conquistadores bien asoleada, y de pilón ahora resulta que al entrar al Centro de Salud era como el paso o pasaporte al infierno... mínimo un baño sauna.

“Según dicen que ya arreglaron el Centro de Salud, pero mire usted esta es la realidad, que le metieron mucho dinero, pero nosotros como pacientes vemos que no es a como dicen las cosas, ya ve el calorón que está haciendo, y eso que la salud es lo primero”.