Las llaves son la asignatura favorita de Súper Astro Jr.

Mientras arriba del ring analiza cómo aplicar con maestría el “nudo lagunero” o “la casita”, en el aula estudia con dedicación el uso de la llave inglesa o la Stillson, pues también cursa la carrera de mecánica automotriz.

Y es que así como lleva año y medio domando a los rufianes con sus castigos, el enmascarado estelar sigue aprendiendo cómo amansar a las más rudas máquinas en la Escuela Mexicana de Electricidad, localizada en las calles del Centro Histórico.

“Elegí esta carrera porque me fascinan los carros. Me gusta todo sobre ellos, tunearlos, ponerles colores, pintarlos. Es algo que me sirve, aprender sobre electricidad, la práctica y teoría en el taller, además de las rectificaciones”, explicó mientras su profesor Abraham Yáñez le ayudaba a afinar sus habilidades con los motores.

El heredero del Cadete del Espacio es un alumno aplicado en todas sus materias, pues por las mañanas le entra con fiereza a la chamba en el negocio familiar de tortas -El Cuadrilátero-, después va al gimnasio para practicar junto a su padre y el legendario Solar, aunque por las tardes cambia la máscara por los libros.

“Me di cuenta que quería ser luchador una vez que fui a la Arena México, al escuchar cómo la gente ovacionaba a sus estrellas. Quiero ser como mi papá y, si es posible, superarlo”, explicó el celestial.

“Vengo desde abajo. Me ha costado mucho ganar un lugar. Creen que es fácil porque traigo el nombre de una leyenda, pero me ha costado dientes”, relató.

Toda la fuerza que pone a los entrenamientos tienen una finalidad, pues quiere alcanzar el estrellato en México y después cumplir su sueño de cruzar la frontera para llegar a los encordados gabachos.

“Quisiera irme a la más grande empresa, que es WWE. Esperemos que se haga realidad y pueda demostrar lo que aprendo con mi papá. Fue mi pareja en mi debut, fue algo muy especial”, recordó el científico.