El culpable de su popularidad es Estados Unidos, pero su característico sabor italiano es el principal causante de que la pizza sea una tentación difícil de resistir.
Según se narra en “Especialidades de Italia, el Arte en la Cocina”, fue la nostalgia del inmigrante italiano Gennaro Lombardi lo que provocó la apertura de la primera pizzería en Nueva York en 1905, hecho que desencadenaría la fiebre mundial por esta emblemática preparación italiana que es típica del sur del país de la bota, específicamente de Nápoles.
El secreto de una buena pizza está en una salsa de manufactura impecable, una masa delgada y crujiente y un buen queso mozzarella; a partir de ahí cada quien decide su mezcla de ingredientes favorita.
MASA
1 pizza 30 minutos, más tiempo de reposo
15 gramos de levadura fresca
1/4 de vaso de agua templada
250 gramos de harina
1/2 cucharadita de sal
1/4 de cucharadita de azúcar
3/4 de vaso de agua fría
1/4 de vaso de leche
Aceite de oliva
PREPARACIÓN
Disolver la levadura en agua templada y agregar 3 cucharadas de harina. Mezclar hasta lograr una masa homogénea.
Cubrir con un paño húmedo y dejar reposar 30 minutos.
Cernir la harina restante en una base plana e integrar con lo anterior. Agregar sal y azúcar; mezclar por 10 minutos.
Añadir agua fría y leche poco a poco hasta obtener una masa elástica y manejable. Tapar con un paño húmedo y dejar reposar 2 horas.
Estirar en una base plana y barnizar con aceite de oliva.
Cubrir con salsa y agregar queso mozzarella y los ingredientes elegidos.
Hornear 10 minutos.
SALSA
4 pizzas 5 minutos
300 gramos de puré de jitomate
1 cucharada de aceite de oliva extra virgen
1 cucharada de orégano
Sal y pimienta negra molida
PREPARACIÓN
Mezclar los ingredientes.