Gallos y Tigres, agarrón

Querétaro tuvo la capacidad para aguantar la ofensiva del campeón Tigres de la UANL y empató en el arranque de la fecha siete

Fue una noche de golazos y de buen futbol la que vivieron el Querétaro y los Tigres, en el 2-2 en el Estadio Corregidora.

El enfrentamiento táctico de dos viejos lobos de mar, como Víctor Manuel Vucetich y Ricardo Ferretti, derivó en un enfrentamiento agradable, en el que a pesar de los esfuerzos defensivos de ambos cuadros, las jugadas a balón parado y después la genialidad individual fueron determinantes.

Porque el gol de Marco Jiménez desde ahora es candidato a lo mejor del Clausura, pero Javier Aquino no se quedó atrás. Parecía competencia por ver qué disparo al ángulo fue más vistoso, cuál más potente o mejor  elaborado.

Los Tigres, amplios favoritos, dominaron en el primer tiempo, con un disparo de Lucas Zelarayán al travesaño y un cabezazo que pasó por encima de la portería. El dominio fructificó cuando André-Pierre Gignac aprovechó un rebote defensivo en un tiro de esquina y estiró la pierna para empujar el esférico.

Pero el Querétaro empató al 44’ y se bañó de confianza, en un tiro libre en el que Édgar Benítez ganó con la cabeza y dejó solo a Juan Forlín, cuyo remate no pudo ser desviado ni por Nahuel Guzmán ni por Gignac, quien hacía labores defensivas.

Jürgen Damm tuvo una doble labor ya que además de los desbordes, tuvo que ayudar a Israel Jiménez, para evitar que Carlos Fierro hiciera daño. En el caso de Querétaro, Vuce colocó a Sinha para inhibir la salida de Guido Pizarro; los maestros moviendo sus piezas.

Y fue al 48’ cuando los Gallos armaron una gran jugada con el centro de Jonathan Bornstein, el pase de Ángel Sepúlveda con el pecho y el enorme gesto técnico de Marco Jiménez para clavar el balón en el ángulo superior derecho.