Barcelona, España
El Barsa ganó tres puntos importantes en su persecución del Madrid, pero volvió a perder en futbol, confianza y precisión.
Messi al 4’ y al 89’ abrió y cerró la caja de Pandora de un partido que había empezado con sensación de goleada y terminó con apuros de infarto.
El Leganés, que no gana desde noviembre, había empatado al 71’ con tanto de Unai Lopez. Antes, el cuadro madrileño había hecho a Ter Stegen el mejor culé, tras evitar al menos tres goles.
El síndrome de París sobrevoló el escenario. Como nunca en otros partidos, cuando su nombre es coreado casi al final, la grada de animación insistió en los cánticos, pero recibió silbidos. No solamente los jugadores están nerviosos, los culés de las tribunas también.
No hubo juego colectivo salvo en el primer cuarto. Hubo varios cambios en el once, en el que sólo apareció un catalán: Sergi Roberto, la primera vez que el Barcelona hace esto en la historia de la Liga.
El desorden cundió en el medio, donde André Gomes volvió a estar flojo, y Rakitic y Rafinha tampoco generaron.
En el tridente, Neymar fue el más activo, como en París, y fue a él a quien le hicieron el penal de la victoria. Messi lo cobró perfecto. No lo festejó.
El Leganés tuvo una más cuando El Zhar quedó de frente al arco después de la zozobra culé y la mandó cerca del palo, en compensación.
Cuando terminó el partido, una exclamación se escuchó en el Camp Nou. Quedó la duda si era de festejo o puramente de alivio.