El PRI y su aliado el Partido Verde capitalizaron la tragedia de los normalistas de Ayotzinapa y los actos de corrupción de familiares del exgobernador Ángel Aguirre Rivero para llevarse un triunfo contundente en Guerrero.
En octubre pasado, a 18 días de la tragedia en Iguala, se dio a conocer una radiografía del estado, donde se veía cómo el PRD y sus aliados tenían un amplio dominio en los municipios y en el Congreso local.
Sin embargo, la persistente violencia en la entidad, que se agudizó con la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, fue la tumba para los perredistas y abrió la puerta al triunfo del priista Héctor Astudillo Flores.
El voto de castigo contra los perredistas se reforzó en febrero de 20015, cuando la Policía Federal capturó a Carlos Mateo Aguirre Rivero, hermano de Ángel Heladio Aguirre Rivero, exgobernador de Guerrero, por operaciones con recursos de procedencia ilícita que sumaron 287 millones de pesos.
Como resultado, los perredistas fueron barridos de las principales ciudades de la entidad. El PRI y el Partido Verde ganaron 39 de los 81 municipios y 18 de los 28 distritos locales.
El PRD, por su parte, se desplomó de 33 alcaldías a menos de 20.
En los comicios para la Cámara de Diputados, el PRI ganó siete de las nueve diputaciones federales por las que se contendía en la entidad del sur del país. (Ciudad de México.)